A Juan García Cubillana le gustan las historias de su ciudad. Un día, meses atrás, entabló conversación con el propietario de la galería y restaurante Art-Fusion. Fue una conversación distendida, de anécdotas de La Isla, de explicaciones sobre uno de los rincones más emblemáticos de la localidad, el molino de mareas del Zaporito, cuya rehabilitación está en ciernes. De ahí nació una idea, en colaboración con una tercera persona, Elena Martínez Rodríguez de Lema, cuyo padre recopiló durante años la historia de este inmueble. Fruto de esta recopilación y del trabajo de Elena nació un libro, El Zaporito, su origen, su nombre y su historia.

Y de esta obra la galería decidió extraer fotografías explicativas de este origen, acompañadas de paneles que dan detalle de su nacimiento. Así por ejemplo, la muestra pretende desmontar uno de los mitos que rodean al nombre de Zaporito. Su denominación, al parecer, procede del dueño de los territorios, Juan Rodrigo Saporito, que compró a comienzos del siglo XVIII. Estos terrenos tenían tal dimensión que ocupaban desde la Alameda Moreno de Guerra hasta el entorno del Zaporito, en la actualidad. Junto a estas imágenes, casi estampas, en blanco y negro, la mayor parte por supuesto de principios del siglo XX, el propio Cubillana ha donado para la muestra un cuadro con más de medio siglo de vida. Hay además algunos paneles que descifran el futuro de este molino de mareas, un molino que parece que tarda en recuperarse. Mientras tanto, quien lo desee, podrá conocer al detalle los vestigios del pasado de este inmueble en esta galería, una muestra que permanecerá abierta hasta la semana próxima.