Dos historias cuenta a todo aquel que se quiere acercar hasta el Centro de Congresos la exposición de fotografías Miradas para no olvidar que ha montado la Academia de San Romualdo dentro de los actos programados para conmemorar el 250 aniversario de la villa y de la constitución de su primer ayuntamiento. La primera salta a la vista. Es la de La Isla en sí, desde las fotos más antiguas de segunda mitad del siglo XIX que pueden contemplarse hasta las que se hicieron esta misma semana. Es la historia de la Bazán y Fábrica de San Carlos, la de la Armada y las salinas, la de los isleños indispensables y la de su patrimonio desaparecido... La otra historia que cuenta es la de la propia muestra, que está latente en cada una de las imágenes que se exhiben.

El coordinador de la exposición, Pablo Quijano, dio ayer algunas de las claves en el acto de inauguración de una muestra antológica que empezó a trabajarse allá por enero de 2015 y que está en deuda con un largo listado de colaboradores. El trabajo ha sido enorme. No en vano la exposición aspira a convertirse en el acto más emblemático del 250 aniversario, en su buque insignia. "He tenido el privilegio de visionar unas 600 fotografías de La Isla", admitía Quijano al relatar las 160 horas de trabajo que hay detrás de la muestra. El resultado -advertía- son 250 fotos, una por cada año que La Isla celebra en este aniversario redondo, que a su vez son tan solo un mero reflejo de todo aquello que podría haberse expuesto de no haber limitaciones físicas. Aunque detrás de las obras expuestas está también "el cariño y la unción" con la que sus propietarios las han cedido para exponerlas en una muestra que habla de La Isla.

De esa carga sentimental habló también ayer Pablo Quijano, que no se olvidó de mencionar a los más cercanos colaboradores que se han implicado en la tarea: Ángel López González, José Quijano Sánchez, Antonio de Hombre Márquez, José Contero Redondo y la Agrupación Fotográfica Isla de León (Afil) con su presidente al frente, Ignacio Escuín. La muestra se nutre de los fondos de la familia Quijano y de Ángel López en su mayor parte, aunque también de las aportaciones de Antonio De Hombre, del Observatorio, de la extinta Fábrica de San Carlos y del Instituto Geográfico Nacional. La exposición, dijo su coordinador, busca "un equilibrio y un mensaje" entre el presente y el pasado: lo que fuimos.