15 de agosto, festividad de la asunción

San Fernando vuelve a disfrutar de la tarde más pastoreña

  • La hermandad de la copatrona volvió a marcar el ecuador de agosto con su tradicional procesión de alabanzas ante la devoción mariana.

La Divina Pastora, comenzando su salida procesional.

La Divina Pastora, comenzando su salida procesional. / Román Ríos

El 15 de agosto no es un día cualquiera en el calendario y mucho menos para los vecinos del barrio de La Pastora, que no dudaron ayer en echarse a la calle para acompañar un año más a la Divina Pastora de las Almas Coronada desde el principio de su salida. Abanico en mano eran muchos los fieles que se agolpaban a las puertas del templo minutos antes de la procesión, cuando se recordaba también al escultor Alfonso Berraquero, el que fuera hermano de honor de la entidad.

El ecuador de agosto volvió un año más a marcar ese punto de inflexión en el calendario cofrade de La Isla, un momento especial que señala el límite que ha estado la ciudad sin que los pasos recorran sus calles. El calor no fue una excusa y desde los más jóvenes a los más mayores esperaban con ansia a la Pastora. La emoción podía contenerse a duras penas para los vecinos, que no tardaron en aplaudir cuando la copatrona iba apareciendo lentamente en el pórtico de su iglesia acompañada de los últimos cantos del coro. Luego sería la banda la que le acompañaría. Incluso la comitiva se permitió girarse para comprobar cómo la imagen, acompañada de la música y el incienso, volvía a ver la luz del sol. No tuvo que hacer nada más la copatrona de la ciudad para hacer suya la tarde y la noche de este 15 de agosto.

El sentimiento pastoreño no se puede esconder y se mostraba con los vítores y los cuidados mecíos de su cuadrilla acompañados de sus ¡Viva la Virgen! que le dedicaban a la Divina Pastora antes incluso de poder salir de la plaza que lleva su nombre. Desde un balcón engalanado para la ocasión esos versos recorrían la plaza haciendo a los asistentes caer en un profundo silencio para escuchar esas palabras que año tras año tienen sus fieles antes de que comience su travesía.

Todo ello tras enfilar la revirá de la calle Marconi cuyos capataces dirigen con mimo y cuidado y antes de emprender el camino por las céntricas calles isleñas de Rosario y Colón, el punto central del recorrido de esta procesión de alabanzas. A lo largo de este itinerario se han seguido repitiendo las muestras de cariño hacia la Virgen a la que cofrades y curiosos se iban acercando.

La salida de la Divina Pastora es una cita obligada en San Fernando aunque llegue en pleno verano. Los actos para rendir honores a la imagen comenzaban a finales de la semana pasada con el triudo que se ha desarrollado en la parroquia. Un cierre perfecto que pese al fuerte levante ha respetado a la copatrona a pesar de que amenazaba en los días previos con suponer un problema para esta hermandad de Gloria.La Divina Pastora siguió su recorrido ante una noche que avanzaba respetando el sentimiento cofrade. Un cielo nocturno despejado y una temperatura agradable constituyeron el regalo que recibieron aquellos acompañantes de la Divina Pastora. Fue una noche para el recuerdo de los cofrades y de los vecinos del barrio de la Pastora que no dudan en echarse a la calle cuando llega el olor a incienso en pleno agosto.Al filo de la madrugada la Virgen volvía a su templo acompañada del fervor de los suyos. Un año más su visita a las calles de la barriada concluía y ponía a cero el cronómetro para el año que viene.

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