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"Primero, hay que enseñar para la vida"

  • El isleño Francisco Cid, profesor en el colegio Quintanilla y artífice del proyecto 'Cuestiones de interés', es el segundo mejor docente de Infantil de España, según los premios Educa Abanca

El maestro Francisco Cid Fornell, fotografiado en el parque del Barrero.

El maestro Francisco Cid Fornell, fotografiado en el parque del Barrero. / román ríos

Vale, no ha quedado el primero. No es el Mejor Docente de Infantil de España según los premios Educa Abanca 2017... ¡Es el segundo! Y por una diferencia de apenas unos cuantos puntos con respecto al puesto de honor en la baremación realizada por el jurado. Puede que a muchos todavía les cueste creer que La Isla tenga la suerte de tener a uno de los mejores profesores del país -así ha reconocido la plataforma educativa Educa a Francisco Cid Fornell en estos oscars de la enseñanza, como se ha llegado a llamar a los premios- y que éste, además, se dedique a ejercer humildemente la docencia en uno de los más modestos colegios públicos de la ciudad, el CEIP Quintanilla. Pero pregúntenle a los padres de sus alumnos y verán... O mejor aún, pregúntenle a los pequeños de Infantil de su clase qué piensan de su maestro. Esta semana, por ejemplo, al volver al cole tras las vacaciones de Navidad, uno de estos peques le llegó a contar -Fran aún no sale de su asombro- que lo que le había pedido a los Reyes Magos era ni más ni menos que volver a verle. Así que imagínense el ambiente que reina en esta clase que cada semana se transforma con sus Cuestiones de interés: los alumnos preguntan, las familias responden, una fórmula que ya se ha extrapolado con éxito a otros centros y que ha dado unos resultados espectaculares. Y no porque el aula de Infantil sea prácticamente una fiesta cada semana, convirtiéndose en Hogwarts, en un castillo medieval, en un hospital, una panadería o acogiendo la visita de Darth Wader... Sino porque ha conseguido eso que todo buen maestro busca siempre: implicar a las familias en la educación de sus hijos. Y aquí ese tándem padres e hijos dentro de la escuela funciona de maravilla. ¡Todos están encantados! Y, además, los niños aprenden.

En La Isla, desde luego, a los que llevan tiempo siguiéndole la pista no les ha extrañado nada que Fran Cid haya quedado entre los mejores docentes del país tras superar a más de 1.300 candidatos de todas partes. De hecho, hace poco más de un año -en noviembre de 2016- recibió ya el Premio a la Excelencia e Innovación Educativa de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles. Y su trabajo -su proyecto educativo- es cada vez más conocido. Para Fran Cid, ése es el gran premio.

"Hay que coger lo mejor de cada método de enseñanza", apunta Francisco Cid

La noticia de que había quedado en el segundo puesto en el ranking de los mejores docentes de España le llegó a mediados de la semana, aunque ya desde antes, desde que se conoció que había quedado finalista, no le paran de llegar mensajes de enhorabuena y felicitaciones. Todo un estímulo para su trabajo docente, reconoce. Ver que tiene éxito el proyecto de enseñanza en el que cree, en el que trabaja este maestro de vocación con ahínco desde hace años, es ya toda una recompensa. Lo admite: "Esto se ha desbordado. Estoy muy contento. Y lo mejor de todo esto que está pasando, desde luego, es sentirse querido y apoyado en el lugar de donde uno es por lo que uno hace".

El próximo mes de febrero acudirá a Galicia para asistir a la ceremonia de entrega de estos premios Educa-Abanca coinciendo con el primer Congreso Mundial de Educación que se celebrará en La Coruña. Estos premios se han convocado "con el fin de reconocer públicamente la labor de los grandes docentes que viven y disfrutan su trabajo, educan para la vida a su alumnado y se involucran al máximo en todo el proceso educativo, tanto dentro como fuera del aula. La convocatoria pretende ser anual y establecerse como un referente dentro de la sociedad española". Y eso, enseñar para la vida, para el día a día, es precisamente uno de los objetivos esenciales de Cuestiones de interés, un proyecto que nace de las preguntas que cada día se hacen los pequeños que muchos adultos dan por supuesto que saben. "Primero, hay que enseñar para la vida", señala Fran Cid al advertir de una de las carencias del sistema. "No sirve de nada saber hacer raíces cuadradas si luego no sabes que hay que pararse en un semáforo en rojo", pone como ejemplo.

Fran Cid insiste en que otra educación es posible. Pero no se confundan. Es maestro de vocación y profesa también un inmenso respeto hacia los valores de la enseñanza tradicional. "También hay que aprender a hacer esas raíces cuadradas", apostilla al continuar con el ejemplo. Sencillamente, dice, hay que coger lo mejor de cada uno de los métodos que existen para ofrecer la mejor enseñanza posible a los niños y conseguir implicar a los padres en su educación.

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