José Monje Cruz, Camarón de La Isla, fue un artista transgresor, algo que impregna su legado, que se venera en el presente y perdurará en el futuro. El museo dedicado a su figura que se proyecta aspira a eso reflejando su esencia revolucionadora, pero siempre pendiente del entorno en el que ubica. Es lo que recoge el proyecto básico que han elaborado técnicos municipales y que servirá de base a los proyectos de ejecución y de musealización que deben licitarse. La integración en el espacio se centra en tres elementos: la Venta de Vargas, a su lado; el centro de salud Cayetano Roldán, frente a la fachada lateral; y la escultura del cantaor que descansa en la plaza Juan Vargas, situado ante la fachada principal. Además de ofrecerse a los ciudadanos.

Desde el equipo de gobierno se incide en esta visión del futuro inmueble. "Será muy permeable con la plaza Juan Vargas", es el dato que da el primer teniente de alcaldesa, Fran Romero. Será posible al plantearse un fachada de cristales para toda la planta baja que, además, "se plegarán como un acordeón" para abrirse a la plaza, y convertirse en un único espacio, detalla la concejala de Desarrollo Urbano, Claudia Márquez. Se jugará por ello con el pavimento del museo, pero también de la plaza, que se cambiará para que sea el mismo. "La idea es que parezca que se extiende una alfombra para que se integre todo, y plaza y museo sean un mismo espacio público", añade la alcaldesa, Patricia Cavada. La solería se prolongará hasta la escultura de José Monje para que esta sea el primer elemento expositivo: Camarón como anfitrión del Museo.

Estas cuestiones buscan la integración ya mencionada, pero además ampliarán las posibilidades de uso de las instalaciones para incluir sus exteriores: para celebrar eventos como conciertos o exposiciones, con libertad, en definitiva, para desarrollar actividades relacionadas con el arte. "Camarón hacía vida en la calle, su casa era todo San Fernando, y nosotros queríamos contemplar esa idea", explica la responsable de Urbanismo.

El interior de esa planta baja se compone de un patio cubierto con montera, una sala de usos polivalentes para distintos tipos de acciones y una sala para exposiciones temporales, además de reunir espacios de administración, aseos, la recepción y una tienda para el merchandising del cantaor. Por supuesto, se reserva una parte de la superficie para la investigación, algo que se demandaba en el congreso sobre Camarón que se ha desarrollado en la ciudad hace unos días. "Por supuesto que tendrán biblioteca, fonoteca y videoteca para que se pueda estudiar su legado", deja claro Romero a modo de respuesta de esa demanda que hacían los expertos. El museo, de hecho, tendrá una vertiente didáctica, aprovechando la tecnología para atraer a los visitantes, entre ellos los más pequeños.

Aunque diferente visualmente a la parte baja, el exterior de la primera planta también se nutre de ese concepto de responder al entorno y al arte de Camarón. Por eso superpone al cristal unos panales que reproducen el blanco de la Venta de Vargas, mientras el verde de sus tejas se graba en los cristales manteniendo la gama cromática. "Se ha usado La Leyenda del Tiempo, el espectro de la canción que sale de pasarla por un ecualizador", expone Márquez sobre el dibujo que mostrará la fachada. El exterior de esta primera planta se completa con grandes ventanales, desde los que se hará a la ciudad y sus ciudadanos partícipe del contenido de su interior. Allí estará la exposición permanente sobre la figura de del artista isleño. "Integrará los objetos cedidos por la familia y otros contenidos con las nuevas tecnologías", cuenta el primer teniente de alcaldesa. "Su historia, sus influencias en la música, un museo de sensaciones, vivo", profundiza Cavada. Esas ventanas remitirán a la arquitectura racionalista del cercano centro de salud Cayetano Roldán (que está catalogado como Bien de Interés Cultural) manteniendo esa idea de aceptar el entorno en el que se edificará el museo.

"El lugar responde a nuestro proyecto de ciudad", recuerda el concejal andalucista, que se refiere a la apuesta por situarlo junto a la Venta de Vargas, frente a la alternativa de la Casa Lazaga que también se había barajado. Daría, en este sentido, la bienvenida al visitante en un punto donde comienza el Camino Real, ese eje cultural que recorrería desde este punto, donde también está el Castillo de San Romualdo, la calle Real y los elementos vinculados a Las Cortes, para la generación de actividad.

San Fernando intenta impulsar de este modo "una seña de identidad de la ciudad" como Camarón, en palabras de Romero; "devolverle a Camarón lo que dio a esta ciudad", decía la regidora.