San Fernando

Llega un tsunami, autoprotégete

  • El director de 'La Gran Ola' habla del riesgo de tsunamis en el instituto Las Salinas y el colegio Almirante Laulhé y demanda que se eduque al ciudadano

Fernando Arroyo, en el salón de actos del instituto Las Salinas, durante su charla.

Fernando Arroyo, en el salón de actos del instituto Las Salinas, durante su charla. / ies las salinas

"No saber reaccionar ante un tsunami condenó a una muerte segura a decenas de miles de personas". La afirmación que se escucha en un momento del documental La Gran Ola hace referencia al terremoto de Lisboa de 1755, que afectó a Huelva y Cádiz. Sin embargo, puede aplicarse en la actualidad a muchas poblaciones portuguesas y españolas tras un sismo y la llegada a las costas de tsunami. Por la errónea forma de reaccionar que tendrían los ciudadanos, por la falta de concienciación y desde luego por la falta de conocimiento y formación para saber actuar, la historia se repetiría, pero no en condicional: la historia se repetirá si no se pone remedio. Como Lagos, Portimao o Faro, Isla Cristina, Huelva o Cádiz, La Isla no sería una excepción. En el instituto Las Salinas intentan concienciar a los alumnos. No es el único centro educativo que lo intenta.

Fernando Arroyo, director de la cinta, acudió hace unos días al instituto y al colegio Almirante Laulhé para hablar de la importancia de la prevención ante el riesgo de un maremoto. "Me llaman y voy para hablar de todo esto. Porque es importante después de hacer el documental no abandonarlo, porque se hace por algo", explica el realizador onubense que ya antes había colaborado con Las Salinas, después de que el profesor Jerónimo Moreno y un grupo de alumnos se hubiera puesto en contacto con él. También se ha interesado por el tema una asociación de Chipiona y un instituto de El Puerto, por ejemplo. "La gente sí está concienciada, incluso los chavales lo asumen de manera natural", asegura después de su charla en Las Salinas, donde los estudiantes abarrotaron el salón de actos y le hicieron numerosas preguntas. "Es que el documental es un jarro de agua fría y lleva a hacerte preguntas", sostiene Arroyo. Pero, además, es necesario educar a los ciudadanos para reaccionar de manera correcta. "Al notar un terremoto la gente seguiría su instituto y se iría a la playa para huir de los edificios que caen y estarían exponiéndose a la ola", expone, recordando los sucesos de Lisboa de 1755 cuando sus habitantes se fueron a la Plaza del Comercio. Hay, por tanto, que enseñarles cómo autoprotegerse.

Pero todo esto, debe tener la implicación de las administraciones, de los político, para que tomen medidas, es decir, desarrollen esencialmente planes de evacuación. "Lo asumen, saben cuál la realidad pero no todos son igual de valientes a la hora de enfocar el tema. Electoralmente, no están preparados", considera el director de La Gran Ola que adelanta que dos municipios gaditanos -sin dar sus nombres- tienen intención de llevarlo a cabo "asesorados por los mismos científicos de los planes nacionales". "Otros alcaldes no hacen nada por no tener ocasión, por cuestiones de partido... Es difícil poner carteles de riesgo de tsunami en zonas turísticas", añade. No ocurre eso en otros lugares del mundo. "Cuando llegas a Hawaii en los hoteles te hacen un simulacro", pone de ejemplo. De nada sirve, advierte, realizar estas experiencias, que pueden ayudar a los cuerpos de emergencia, si no se implica a los ciudadanos. "Si el que se hizo hace unas semanas en San Fernando ni siquiera hacía mención a la palabra tsunami, se referían a él como terremoto e inundación...".

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