Armada

La Infantería de Marina cumple 480 años

  • Una solemne parada militar recuerda en La Isla la antigüedad del cuerpo

La Infantería de Marina ha celebrado esta mañana su 480 aniversario de su creación con una parada militar que se ha desarrollado en el Cuartel de San Carlos-Batallones de Marina que ocupa el Tercio de la Armada (TEAR) en San Fernando. El acto castrense ha estado presidido además por el general de división, Comandante General de la Infantería de Marina (COMGEIM), Jesús Manuel Vicente Fernández.

Este año se cumple además otra efeméride, ya que se celebra el tercer centenario de la creación de los cinco Batallones de Marina (Armada, Marina, Bajeles, Océano y Mediterráneo), alma mater del Tercio de Armada y de la organización actual del cuerpo. Cabe recordar que la Infantería de Marina española lleva a gala también ser la más antigua que existe en el mundo, como cada año se recuerda en esta emotiva y solemne ceremonia que tiene lugar en La Isla. 

Durante el acto, que tuvo lugar en la Patio de Armas Lope de Figueroa, se dio lectura al decreto que certifica la antigüedad del cuerpo y se llevó a cabo la ceremonia de transmisión del legado histórico. Tras la imposición de diferentes condecoraciones, se rindió también homenaje a los Infantes de Marina que dieron su vida por España. Finalmente, tuvo lugar el desfile de la fuerza participante.

Los orígenes del cuerpo

La antigüedad de la Infantería de Marina española corresponde a la de las Compañías Viejas del Mar de Nápoles, cuna del cuerpo, que se remonta al año 1537.

A lo largo de la historia, los infantes de marina estuvieron presentes en todos los escenarios donde los intereses nacionales debían ser defendidos, demostrando su arrojo, disciplina y valentía, haciendo acreedor al cuerpo de lemas como Valientes por tierra y por mar, y de títulos como El Invencible, dado al Tercio de Armada en el siglo XVIII, así como de privilegios como el que se concede por Real Orden de 1886 de "ocupar en campaña el puesto de mayor peligro, el de extrema vanguardia en los avances y de extrema retaguardia en la retirada".

El hecho real, anterior a 1537, era que la infantería embarcada muchas veces era insuficiente y de mala calidad porque se contrataba directamente por el capitán de la galera o todo lo más a nivel de escuadra de galeras. A principios del siglo XVI en las galeras no parece existir distinción entre tripulación y guarnición. A partir de 1530 se aprecia la contratación independiente de arcabuceros. Siendo preciso tener asegurados, por tanto, al menos 30 arcabuceros por galera de la mejor calidad posible, Carlos I creó en 1537, para asignarde modo permanente a las Escuadras de Galeras del Mediterráneo, las “Compañías Viejas de la Mar de Nápoles”, siendo agrupados en un cuerpo especial y entrenados para combatir “por tierra y por mar”.

En realidad, los primeros infantes de marina fueron “arcabuceros de galera” que proporcionaban la potencia de fuego necesaria para poder acercarse a la nave enemiga e iniciar el abordaje. De hecho, sus arcabuces, predominando sobre la ballesta turca, dieron a España el dominio del Mediterráneo en el siglo XVI.

Estas compañías estaban asignadas de forma permanente a la armada de galeras del reino napolitano y a la disposición inmediata del virrey o, más tarde, del capitán general del Mar como mando operativo de todas las fuerzas navales del ámbito. Siendo, por tanto, la primera unidad militar desempeñando unos cometidos específicos distintos de las demás unidades de Infantería, tenía carácter de fuerza permanente o semipermanente y estaba asignada de forma definitiva a la Armada, se considera el origen de la Infantería de Marina. 

Situación actual 

En la actualidad, la Infantería de Marina proporciona a las Fuerzas Armadas, en general, y a la Armada, en particular, una Fuerza con una innata mentalidad expedicionaria, polivalente, versátil, flexible e interoperable, capaz de proporcionar una rápida respuesta ante situaciones de crisis.

Durante estos 480 años, el Cuerpo ha demostrado ser una organización en constante transformación, capaz de adaptarse a los escenarios de cada época histórica pero manteniendo siempre el honor, el valor, la disciplina y la lealtad como los pilares fundamentales de su código de conducta.

El Cuerpo de Infantería de Marina integra desde el Comandante General hasta el último soldado. Su singularidad se basa en la preparación profesional de sus miembros como combatientes individuales y en el mantenimiento de un espíritu de cuerpo que tiene sus raíces en el historial militar y en la tradicional naval de la Infantería de Marina, acreditados por un largo e histórico pasado. Este espíritu representa un factor de cohesión para todos los miembros, unidades, centros y organismos del cuerpo y, a la vez, constituye un activo y preciado patrimonio para el conjunto de la Armada.

La Fuerza de Infantería de Marina (FIM) está constituida por el conjunto de medios y unidades de la Armada que tienen por cometido principal prepararse para contribuir a la Proyección del Poder Naval, mediante la ejecución de operaciones militares en tierra iniciadas en la mar. Esta característica, unida a las que proporciona la fuerza naval, determina su singular carácter expedicionario.

Al mismo tiempo, la Fuerza de Infantería de Marina proporciona a la Armada la capacidad de operaciones especiales en el ámbito marítimo, lo que se conoce como Guerra Naval Especial.

Sus unidades también están preparadas para apoyar a las operaciones de interdicción marítima y de contribuir a la protección de la Fuerza.

Por último, las unidades de la FIM contribuyen también a la Seguridad Física de las personas, Bases, Instalaciones, Unidades, Centros y Organismos de la Armada.

La flexibilidad propia de su organización y naturaleza, y su continuo adiestramiento con los buques de la Armada, le permiten unos tiempos mínimos de reacción, proporcionando una respuesta eficaz ante situaciones de crisis, apoyado por el sostenimiento logístico que le proporciona la fuerza naval.

Estas características le permiten atender a una gran variedad de misiones que van desde la fuerza de respuesta inicial en un conflicto pasando por las operaciones de extracción de fuerzas empeñadas o de evacuación de no combatientes, hasta llegar en el otro extremo a las operaciones de ayuda humanitaria.

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