Francisco Javier Fontao González inició ayer a las puertas del Ministerio de Defensa en Madrid una huelga de hambre, una protesta con la que demanda que reabran su caso: su salida de las Fuerzas Armadas tras considerarlo una junta médico pericial no apto por las consecuencias de un accidente cuando estaba en servicio como infante de Marina. Este isleño de 29 años pide que le readmitan para seguir, en un puesto acorde a su situación, la carrera militar en la que se inició con 18 años.

Fontao daba a conocer hace unos días su problema, el periplo sufrido desde que en junio de 2011 se viera envuelto en un accidente en un hummer cuando realizaba unas obras en el campo de adiestramiento de la Armada en el Retín. El vehículo que pasaba por una zona de baja visibilidad y a velocidad excesiva volcó y Francisco Javier que iba en el puesto de tirador de ametralladora quedó atrapado sobre la pierna derecha. Tuvo heridas, contusiones y fracturas de tal magnitud que en la actualidad sigue padeciendo las secuelas.

La respuesta de Francisco Javier a la resolución de despido de marzo de 2016 fue la interposición de un recurso Contencioso Administrativo que en enero fue desestimado. La situación extrema en la que está, casado, con dos hijos, una hipoteca y el reconocimiento de sólo un 15% de discapacidad -por lo que no tiene derecho a una pensión-, han llevado a este ex infante de Marina a iniciar esta huelga de hambre. Quieren que se reconsidere la medida y se le haga un nuevo reconocimiento médico ahora que tiene más estabilizada la pierna y así poder ser destinado a un puesto administrativo o logístico.