"Carmen del Rocío volvió a nacer el 8 de enero". Su madre, Noelia González, es tajante al recordar los hechos que ocurrieron hace justo una semana -en la tarde del pasado lunes- y la providencial intervención de los agentes de la Policía Local, Javier Montesinos y Damián Gálvez, que trascendió días atrás cuando el Ayuntamiento de San Fernando dio a conocer su hazaña.

Con ellos se reencontró ayer tarde en las dependencias de la Jefatura de La Magdalena para darles abiertamente las gracias, rendirles un emotivo y sencillo homenaje y hacerles entrega de una placa en la que hace constar la gratitud de la familia. Son -apuntaba- los dos ángeles de la guarda muy peculiares para la pequeña Carmen del Rocío. Porque si esa tarde no se hubiese encontrado con ellos en la calle Tomás del Valle, si prácticamente no se hubiese echado encima del coche patrulla pidiendo auxilio ante el estado crítico del bebé, difícilmente la historia habría tenido el final feliz que tantos mensajes de enhorabuena ha conquistado entre la ciudadanía y entre las redes sociales desde el pasado viernes.

Ayer también, los dos agentes tuvieron la oportunidad de coger entre sus brazos a la pequeña Carmen del Rocío, a la que irremediablemente están unidos ya para siempre después de haberle salvado la vida en la intervención -como ellos mismos contaban- más complicada a la que han tenido que hacer frente en diez años de servicio. Fue el mejor epílogo para una historia que ha emocionado a La Isla en estos últimos días y que ha mostrado la mejor cara de la Policía Local.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Ignacio Bermejo, y el jefe del cuerpo, José Cano, arroparon también este acto en el que Noelia, la madre de la pequeña, volvió a narrar la historia de cómo su pequeña fue salvada gracias a la intervención de estos dos agentes de la Policía Local. "Es que si no hubiésemos ido en un coche patrulla, si al hospital de San Carlos hubiese ido en cualquier otro coche, no llegamos...". explicaba.

Lo que la pequeña Carmen del Rocío sufrió se llama en medicina un episodio aparentemente letal. Y si no se interviene en cuestión de segundos para que el bebé pueda recuperar la respiración puede llegar a ser mortal. El bebé, de tan solo dos meses de edad, que estuvo ingresado hasta finales de la semana pasada, se recupera todavía de este difícil trance.