Vacaciones

La prevención es la mejor 'maleta' para un verdadero verano saludable

  • A los riesgos del sol y calor veraniegos se suman los 'peligros viajeros' en destinos tropicales. Los expertos animan a no abandonar el tratamiento y el autocuidado en pacientes con patologías crónica.s

Un total de 10 trenes de alta velocidad se vieron afectados ayer en Andalucía El verano y las vacaciones son un buen momento para una beneficiosa relajación física y mental tras las presiones y agobios cotidianos del resto del año. Pero no hasta el punto de descuidar las precauciones básicas de salud, porque los riesgos sanitarios no se toman el más mínimo descanso. Frente a ellos, la mejor maleta para disfrutar de un verano saludable es la prevención.

Una prevención que debe cubrir en cualquier escenario vacacional los típicos riesgos veraniegos relacionados con el sol y las altas temperaturas -golpe de calor, deshidratación, quemaduras-, pero también, sobre todo en destinos tropicales, peligros viajeros tan habituales como las diarreas e infecciones. Además, la prevención debe extremarse en grupos más vulnerables como la población infantil, las embarazadas o las personas mayores. Y sin olvidar a la gente con enfermedades crónicas que pueden exacerbarse en esta época del año.

Dado su enorme alcance (en España afecta a 5,3 millones de personas, de las que 2,3 millones permanecen sin diagnosticar), la diabetes es motivo importante de atención cuando se acercan las vacaciones. Sobre todo porque es imprescindible seguir bien el tratamiento, para lo cual los pacientes deben asegurarse de llevar su medicación y el material para controlar su glucosa en sangre. Los especialistas sigieren hacer esta medición con mayor frecuencia, ya que las vacaciones suelen asociarse a cierta relajación en 'hábitos sanitarios' y terapéuticos, que se suman a cambios en hábitos alimentarios y actividad física habitual.

Para ayudar a controlar mejor la alimentación de las personas con diabetes se lanzó hace pocos meses una herramienta 'online' para profesionales (www.programadietasfaes.com) que permite adaptar la dieta a esta época veraniega y que ha ido incorporando apartados y recomendaciones específicas para mayores y para pacientes con problemas añadidos como los celíacos o los que presentan intolerancia a la lactosa. Si el verano es una estación favorable para descontrolar la dieta -menos apetito por el calor, excesivo consumo de calorías y azúcares--, las vacaciones añaden un plus de 'descuido' en la alimentación y el ejercicio.

Otros problemas crónicos que merecen atención preventiva en verano son los respiratorios, como el asma o la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), que aunque suelen agudizarse en los meses fríos, también lo hacen por el calor excesivo. De hecho, las altas temperaturas pueden complicar la hidratación y espesar la mucosidad, lo que puede dificultar la respiración. Además, las crisis asmáticas y de rinitis pueden encontrar su caldo de cultivo en factores propios de esta época como la humedad en la costa, el aumento del ozono, los aires acondicionados y las tormentas veraniegas. En el capítulo viajero, los mayores riesgos de salud están en los destinos tropicales. Las recomendaciones fundamentales incluyen la vacunación previa, tanto contra el paludismo o malaria como para cualquier otra enfermedad endémica del país en cuestión, el uso de repelentes y ropa adecuada para evitar picaduras peligrosas de mosquitos, y la precaución con la comida -siempre bien cocinada- y la bebida -siempre embotellada-, que también exige lavarse las manos antes de manipular cualquier alimento. Para cualquier emergencia, conviene llevar un buen seguro médico.

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