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El beneficio de la duda

  • Una revisión de los estudios publicada en 'Gaceta Sanitaria' indica que el abuso de la radiofrecuencia de los teléfonos móviles podría provocar efectos tumorales a largo plazo

Un asistente al World Mobile Congress, que se celebra estos días en Barcelona.

Un asistente al World Mobile Congress, que se celebra estos días en Barcelona. / Andreu Dalmau / EFE

Ocurría el pasado martes 26 de febrero. Coincidiendo con la apertura del Mobile World Congress un reducido grupo de activistas alertaban de los riesgos no contemplados para la salud de la tecnología móvil. La impresión de que la radiación trae efectos nocivos para la salud no es nueva y ha promovido incluso la aparición de patologías ad hoc, la sensibilidad a la radiación. No son conspiranóicos con un gorrito de papel albal. Uno de los activistas apostados en la cita mundial de la telefonía móvil es Jose María García. Está allí cada año y afirma padecer electrohipersensibilidad, patología no reconocida y sin base científica que la respalde hasta la fecha.

En el gremio sanitario se suele criticar este tipo de manifestaciones. Es cierto que no se ha demostrado ningún efecto a corto plazo de las radiaciones en el riesgo de cáncer. Pero el largo plazo es una incógnita colectiva en la que quizás haga falta reducir el alarmismo sin dejar de ser prudentes. Así parece sugerirlo un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha, publicado en Gaceta Sanitaria, revista de la Sociedad Española de Salud Pública, que ha compilado y analizado las revisiones sistemáticas, los estudios de casos y controles, de cohortes y metaanálisis que han estudiado la asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de tumores en personas adultas. Según sus autoras, Patricia Bielsa y Beatriz Rodríguez, "aunque la radiofrecuencia emitida por los teléfonos móviles tiene efectos tumorales sobre las personas, la evidencia científica disponible no es robusta, se hacen necesarios estudios más rigurosos, con mayores tamaños muestrales y periodos de seguimiento largos para conocer en profundidad los efectos a largo plazo".

"Aunque tiene efectos tumorales, la evidencia no es robusta y hacen falta estudios rigurosos"

En su análisis trabajaron con 1034 estudios, de los cuales solo 14 presentaban evidencia sólida y se ajustaban a la materia de estudio. "Estos estudios apuntan que corto plazo no es posible determinar la relación, aunque a largo plazo, más de 10 años, la radiofrecuencia emitida por los teléfonos móviles puede provocar efectos tumorales, aumentando el riesgo la exposición homolateral y la latencia", señala.

Los resultados muestran que no es posible determinar a corto plazo, en tumores con periodos de inducción cortos o de crecimiento rápido, la asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de tumores cerebrales, de las glándulas salivales, de piel y testiculares, y de leucemias y linfomas. Sin embargo, los resultados apuntan una posible asociación a largo plazo entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de estos tumores en caso de coexistencia de otros factores, como la exposición homolateral o el tiempo acumulado de llamadas telefónicas. "Siguiendo la línea de investigaciones previas, los resultados de los estudios analizados muestran un aumento del riesgo tumoral tras un periodo largo de tiempo acumulado de llamadas", indican las conclusiones del estudio.

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