EL pasado 14 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Diabetes, patología de graves consecuencias y amplio alcance mundial. Los pies son presa predilecta de un mal que afectaba en 2014 a 422 millones de pacientes, según la Organización Mundial de la Salud.

Este organismo estimó que en 2015 fallecieron 1,6 millones de enfermos por causa directa de la misma. Por ser una parte del cuerpo especialmente sensible a la acción de la enfermedad, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) anunció que habilitaría unidades multidisciplinares de atención al pie diabético en todas las provincias andaluzas.

En una propuesta tan amplia como la planteada, es imprescindible el concurso de todas las especialidades implicadas.

Por eso y por la relevancia que su singularidad supone, el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía solicitó la inclusión de los profesionales de la Podología en las unidades asistenciales andaluzas de pie diabético.

Es una reclamación obvia si se tiene en cuenta que la podología es una disciplina sanitaria orientada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías en dichas extremidades. La ausencia de los podólogos en un plan semejante, sería, por buscar comparaciones claras, como si en un completo equipo de cirugía, faltase el anestesista.

Lo que ya no resulta tan obvio es la inacción de la consejería de Salud, después de dejar pasar un año sin hacer prácticamente nada. Eso tras reconocer que "la prevención y atención al pie diabético es una prioridad" y ser instada por el Parlamento para la integración de estos profesionales esenciales en los citados tratamientos.

O sea, que se plantea la extensión a todos los hospitales regionales y de especialidades de los Hospitales de Día de Diabetes con una cartera de servicios homogénea y la incorporación en los mismos de la Práctica Avanzada en Diabetes, sin valorar y ubicar correctamente eslabones imprescindibles para su correcto funcionamiento.

Es de urgencia preferente, dada la amplísima y contundente presencia de la diabetes en las graves lesiones podológicas, la puesta en marcha de la solicitud del Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía y la incorporación inmediata de sus colegiados a estos planes de atención al pie diabético.

Lo contrario es una demora irresponsable y una situación grotesca que no nos podemos permitir, porque hay muchas vidas en juego.

Son demasiadas razones que caen por su propio peso, las que nos impulsan a demandar con firmeza, desde la cualificación académica y profesional y la responsabilidad deontológica ante todos los enfermos, la inmediata inclusión de la podología en esas unidades multidisciplinares. Parsimoniosos miembros de la Consejería, recuerden que nadie está a salvo de la diabetes, agilicen su trabajo y piensen que alguno de los pies diabéticos por venir, podrían ser los suyos.