Asistencia sanitaria · Nuevas perspectivas en atención perinatal

Calidad y calidez humana

  • En los últimos cinco años, más de 3.400 profesionales han recibido formación para potenciar una atención al parto más sensible y que favorezca la libertad de decisión de las mujeres a la hora de dar a luz.

En general, la posibilidad de recibir una atención sanitaria integral y continuada se enfrenta a grandes dificultades debidas, fundamentalmente, a la tipología de las organizaciones sanitarias, caracterizadas por la complejidad organizativa, la segmentación departamental, la súper especialización de tareas, la escasa o casi inexistente coordinación entre niveles asistenciales, la variabilidad en la ejecución de procesos repetitivos y las ineficiencias de los mismos, la poca capacidad de adaptación de los servicios a las necesidades cambiantes de los ciudadanos, y por que no, a la cultura egocéntrica de las instituciones y quienes las lideran. Esa reflexión, extraída del Proceso Asistencial Integrado de Embarazo, Parto y Pauperio de la Consejería de Salud , reconoce de partida las batallas invisibles, cotidianas, a las que hay que hacer frente para defender una asistencia sanitaria integral. Cambiar de mentalidad, sin ruido, es una tarea compleja.

Uno de los esfuerzos importantes que pueden guiar esa perspectiva integral es el Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal; una iniciativa cuya savia es la formación y la sensibilización de los profesionales. En concreto, desde hacer cuatro años, 3.400 profesionales han recibido formación para impulsar, entre otros aspectos, un parto más respetado desde el punto de vista fisiológico y de derechos de participación de las mujeres y sus familias. La Escuela Andaluza de Salud Pública ha sido la encargada de coordinar y gestionar el plan de formación. El objetivo es crear un modelo de atención perinatal que garantice la seguridad, y que esté basado tanto en la evidencia científica como en los derechos de mujeres, neonatos y familiares.

El concepto de humanización del parto responde sobre todo al respeto por un proceso natural propiedad de la mujer. Ahí entra desde la preparación al parto, la libertad de movimientos, poder prescindir de la anestesia epidural, reducir las cesáreas, las episiotomías, poder relajar o dilatar en una bañera, elegir la postura a la hora de dar a luz, cuidar el contacto permanente entre madre e hijo, reducir el intervencionismo clínico y un largo etcétera que alude mas a la mentalidad y a la forma de hacer las cosas que a grandes reordenaciones de recursos o personal. "Lo más importante es que la mujer pueda elegir", resume Gracia Maroto", docente de la Easp y coordinadora de los cursos.

A pesar de los avances aun queda mucho por hacer. Según explica Francisco José Pérez Ramos, coordinador del Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal en Andalucía, "necesitamos mejores tasas de lactancia y durante más tiempo; necesitamos garantías de que la separación precoz de los niños de las madres se mantenga; necesitamos bajar todavía un poco nuestra tasa de cesáreas y, en general bajar los niveles de intervencionismo durante el parto". En opinión de los responsables, hay centros en los que ha calado bien el discurso y donde ha habido un avance más rápido y se han incorporado mejor algunas prácticas.

La formación se ha extendido por los 35 hospitales de la red andaluza pero las posibilidades no son iguales en todos. Quizás, el que más ha podido trabajar a fondo la cuestión sea el Hospital Costa del Sol, en Marbella. El centro ha recibido la acreditación de la Consejería y el reconocimiento de la OMS y Unicef. Asimismo, hay tres hospitales más que tienen dicha acreditación en proceso: Osuna, Andujar y Montilla.

Aunque esta transición no sea fácilmente medible, sí existen señales de que el cambio vence las resistencias. África Caño, responsable de Obstetricia del Hospital San Cecilio de Granada y docente en estos cursos, "sabemos que las episiotomias, que es otro paradigma de la asistencia intervencionista, han bajado mucho en toda Andalucía. No solo en los centros que ya trabajaban en esas perspectiva integral en la asistencia al parto si no incluso en centros que conservaban una inercia más clásica. El descenso ha sido general en todos los centros y además muy evidente". En su opinión el impulso responde por un lado a los profesionales, que "han trabajado mucho y han hecho esfuerzos en formación"; y por otro lado a las propias mujeres: "las asociaciones de mujeres han sido un motor importantísimo para este cambio".

"Un cambio, como este, que tienen que ver con las actitudes de las personas en una gran organización, es complicado; pero ya hemos recorrido un camino amplio y el cambio es imparable ", subraya Gracia.

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