celta-betis | el otro partido

El dulzor de la victoria contra el amargor de la temporada

  • Segundo triunfo seguido del Betis, algo que no lograba desde marzo de 2016.

  • Ceballos sigue creciendo frente a un Celta con la resaca de la Liga Europa.

  • Adán, otra vez salvador.

Dani Ceballos pugna con Lemos durante un lance del encuentro disputado en Balaídos.

Dani Ceballos pugna con Lemos durante un lance del encuentro disputado en Balaídos. / salvador sas / efe

¡Albricias! Logró el Betis el objetivo de encadenar dos victorias consecutivas, algo que no hacía desde marzo de 2016. Por entonces, el equipo que dirigía Juan Merino se impuso a Espanyol y Granada. Ahora, después de vencer al Eibar en casa (2-0), la semana pasada, y ayer en Balaídos al Celta, los verdiblancos han sido capaces de obtener dos triunfos seguidos que sirven, simplemente, para maquillar una temporada que recientemente, uno de sus capitanes, Antonio Adán, calificó de "desastre". Y, precisamente, el cancerbero madrileño volvió a resultar clave para que su equipo fuese capaz de obtener los tres puntos ante un Celta en chanclas en el que Eduardo Berizzo hizo múltiples cambios en el once inicial por tener, lógicamente, la mente puesta en la semifinal de la Liga Europa ante el Manchester United.

No mostró el Betis la horrible imagen de Las Palmas y salió enchufado ante un Celta perdido al que no le duraba el balón, pero le faltó al Betis acierto en la finalización, con el goleador, Rubén Castro, en el banquillo. Buena imagen gracias al trabajo de Joaquín y, sobre todo, de Dani Ceballos. El utrerano volvió a cuajar otra muy buena actuación tanto a nivel ofensivo, llevando la manija del juego, como defensivo, con diez recuperaciones en su estadística personal. Incluso, pese a sufrir el marcaje el hombre de Pape Cheikh, siguió apareciendo, aunque con ese movimiento de Berizzo, que también puso a Radoja a cubrir a Joaquín, el partido se igualó y, por momentos, cayó en un aburrimiento mayúsculo. El Betis era incapaz de hacerle un gol a un Celta estéril en ataque, en el primer tiempo, e incluso casi se pega un tiro en el pie en una mala entrega de Joaquín a Mandi, que no llega a cortar el balón, y que dejó solo a Bondonga, que no pudo en el mano a mano con Adán, que le aguantó y le tapó el hueco de disparo perfectamente.

Durmisi dejó su sello en un magnífico centro que Brasanac ejecutó entrando desde atrás

De nuevo, el madrileño apareció como salvador de un cuadro verdiblanco que pasó de haber podido marcar en los primeros minutos del partido a poder haberse ido al descanso perdiendo ante un rival que, por momentos, había recibido alguna reprimenda de su público por la pobre imagen que estaba mostrando, como indicaron los números. De hecho, la primera parte acabó con un 31,5% de posesión para los celestes y del 68,5% para los de Heliópolis, que remataron en 11 ocasiones, por tres el Celta. En el comienzo de la segunda mitad volvió a aparecer la figura de Adán en una buena salida ante Guidetti. Poco después compareció otro de los hombres béticos más destacados en Balaídos, Durmisi, que puso un magnífico centro, desde la izquierda, para que Brasanac, entrando desde atrás, hiciera un buen tanto.

Ceballos siguió a lo suyo, pero el Celta dio un paso adelante y sólo por insistencia se acercaba con peligro a la portería de un Betis que aguantó el tipo para conseguir una segunda victoria seguida que sólo sirve para maquillar una paupérrima campaña. El objetivo de lograr dos victorias seguidas, en un club como el verdiblanco, es un fiel reflejo de la vulgaridad en la que se encuentra inmerso y de la necesaria catarsis que necesita dentro del club para que la próxima temporada no sea la continuidad de lo que se lleva viendo, prácticamente, en los últimos siete años.

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