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Xabi Prieto gobierna dentro del frenesí

  • El Betis logra igualar por dos veces la ventaja realista, pero los cambios de Víctor favorecen el arreón final de los donostiarras para ganar.

  • Quinto tropiezo seguido en Heliópolis, que deja a los verdiblancos mirando abajo.

Los béticos Dani Ceballos y Brasanac. / ANTONIO PIZARRO

Los béticos Dani Ceballos y Brasanac. / ANTONIO PIZARRO / Antonio Pizarro

En partidos como el de anoche poco se le puede achacar a los 14 futbolistas que se vistieron de verdiblanco y que siguieron al pie de la letra las órdenes dictadas desde el banquillo. Esfuerzo, solidaridad y búsqueda de los goles llevaron al Betis a igualar por dos veces la ventaja realista, pero las decisiones de Víctor Sánchez del Amo y su cuerpo técnico no sólo no ayudaron sino que fueron decisivas para desnivelar la balanza final ante una Real Sociedad que cuenta con el magisterio de Xabi Prieto, otro de esos veteranos por los que no pasa el tiempo, para llevarse los tres puntos de Heliópolis.

Si la posición de partida de Dani Ceballos, como encargado de armar el juego desde atrás, ya obliga al utrerano a gastar demasiadas energías que luego lo perjudican para su habitual clarividencia en el pase, el cambio de sistema ordenado tras el 2-2 y coincidente con la reaparición de Joaquín, acabó por desubicar al Betis, al que su entrenador cortó cualquier posibilidad de intentar alcanzar el empate por tercera vez en el partido.

El Betis pasó del 5-3-2, con matices en la posición defensiva, a un 4-4-2 con Dani Ceballos y Joaquín en el centro y Brasanac y Durmisi en las bandas, que desnudó por completo a un equipo que ya había realizado un esfuerzo encomiable durante un duelo jugado siempre a remolque. La posterior entrada de Donk para intentar arreglar el desaguisado ya apenas tuvo relevancia ante una Real que supo administrar la pelota para mantenerla lejos del área de Rulli y llevarse la victoria en un duelo frenético. La primera jugada del partido ya enseñó a lo que venía el conjunto donostiarra a Heliópolis. 14 segundos tardaron los de Eusebio Sacristán en generar la primera ocasión, desbaratada por un cruce de Pezzella ante el joven Jon Bautista. No ocurriría lo mismo minutos más tarde, cuando el delantero controló con el hombro y sin oposición de la zaga bética una asistencia de Illarramendi al corazón del área. La ejecución incluso fue mejor al rematar con la zurda sin dar tiempo para que Adán tapase los huecos.

El gol no le sentó bien a un Betis que sí había partido con intención de presionar muy arriba la salida de balón de la Real, con Jonas Martin y Petros llegando a la altura de Rubén Castro. Pero este equipo de Víctor sí tiene recursos a balón parado y así llegó el empate. Un saque en corto de Durmisi a Dani Ceballos acabó en un buen centro del utrerano que fue rematado todavía mejor por Mandi en un escorzo más propio de un delantero de nivel.

La igualada otorgó confianza a los verdiblancos, que mantenían la presión alta y también querían jugar la pelota como hacía su rival. En ese ida y vuelta de dos equipos ambiciosos, y después de que Jonas Martin dejase su sitio a Sanabria por un problema muscular, la Real encontraría el segundo tanto en una genialidad de Xabi Prieto, que se inventó un remate de rosca que superó la estirada de Adán.

Con Dani Ceballos al mando, aunque más retrasado de lo habitual por la ausencia de Rubén Pardo, lo que lo obligaba a conducir demasiados metros para buscar líneas de pase, el Betis no se fue del partido. Y hasta rozó el empate en dos ocasiones, primero en un centro de Brasanac que Yuri casi convierte en autogol, y luego en un remate demasiado cruzado de Sanabria tras una falta botada por Durmisi.

No cesó en su empeño el cuadro verdiblanco, con un derroche de energías enorme en la presión sobre los centrocampistas de la Real, y las ocasiones se fueron contabilizando. De un mal despeje de Rulli se le quedó finalmente el balón a Sanabria a escasos metros de la portería, pero su remate fue desviado por Raúl Navas; de nuevo el paraguayo tuvo en sus botas el empate, esta vez tras un pase atrás de Rafa Navarro, pero su derechazo se fue al larguero; y a la tercera llegó la vencida. Rubén Castro controló al borde del área y en su conducción para generarse hueco para el disparo acabó en el lateral del área, hasta poner un centro medido al que Sanabria correspondió con un testarazo a la red.

Era justo premio al esfuerzo de los de Víctor, que de inmediato, con un cambio que ya tenía preparado antes del 2-2, introdujo a Joaquín por Petros y ordenó ese cambio de dibujo que rompió a su equipo. Si las fuerzas ya habían menguado en jugadores como Dani Ceballos o Brasanac, el nuevo esquema dejó al Betis sin el orden necesario para continuar presionando a la Real. A la vez, Eusebio también movió piezas e introdujo a Oyarzabal por Canales y precisamente el canterano asistiría a Xabi Prieto en el definitivo 2-3, con una Real que ya movía el balón al antojo de su capitán, que gobernó el duelo desde la sabiduría que otorga la experiencia.

El regusto para el bético de nuevo fue amargo. Otra vez su equipo acabó siendo incapaz de generar alguna ocasión en la recta final. Y ya acumula cinco encuentros sin ganar en el Villamarín, con dos derrotas seguidas que lo dejan mirando hacia la zona peligrosa y no al pobre objetivo marcado por el club.

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