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ACTORES CON ACENTO ANDALUZ

Las nuevas caras del séptimo arte

  • El teatro y series como ‘Arrayán’ son canteras de actores andaluces que debutan con éxito en el cine. Éstos defienden su formación y reclaman apoyo institucional

Doblando camisetas de Benetton y cantando en el metro de Londres junto a un amigo. Así se ganaba la vida con 19 años el chófer de Camera Café antes de ingresar en el Centro de Andaluz de Teatro (CAT). Quién le iba a decir entonces a este gaditano que 15 años más tarde en su currículum aparecerían más de una veintena de películas y casi una treintena de series, además de numerosas obras de teatro y otros proyectos. Alex O´Dogherty no para ni por vacaciones. “Me he enterado que es verano por la tele”, bromea el actor natural de San Fernando. “Este año la playa de Camposoto ni la huelo”, añade. La culpa la tiene el rodaje de la nueva serie de Antena 3 Doc Martín, el estreno y la gira de la obra de teatro Arte de Yazmina Reza, junto a Luis Merlo, y los nuevos capítulos de Camera Café. “Tengo trabajo hasta julio del año que viene; y, encima, me he mudado a Madrid y aún tengo cosas que recoger en Sevilla”, explica Alex.

O´Dogherty forma parte del nutrido grupo de alumnos que ha pasado por las aulas del CAT. Alex, Paco León, Candela Fernández, Antonio Garrido y José Luis García Pérez fueron algunos compañeros de clase. “Una generación muy buena y a las pruebas me remito: de mi promoción han salido importantes profesionales que han conseguido hacerse un gran hueco en el panorama español”, afirma Paco León,  Luisma en la serie Aída. “Además de pasar unas pruebas, era obligatorio haber hecho COU, porque eran estudios universitarios. Los que accedíamos teníamos claro que queríamos dedicarnos a la interpretación  y los profesores incluyeron una nueva didáctica y mejores técnicas. Quizás todo esto hizo que la escuela aumentara de nivel y salieran tantos buenos actores”, reflexiona. 

Para Paco León el camino tampoco fue fácil. Antes de ver de cerca unas claquetas de cine trabajó de animador para ayuntamientos y hasta en supermercados. Probó el teatro alternativo y, después de varias series en Canal Sur, le llegó la gran oportunidad a nivel nacional con la serie de Tele 5 Moncloa Dígame. Los tiempos han cambiado y ahora se prepara para la promoción Dieta mediterránea, una comedia romántica de Joaquín Oristrell.

Todos estos profesionales guardan muy buenos recuerdos de su etapa en el centro de formación de la calle San Luis de Sevilla, un edificio cubierto por un halo de misterio, tal como recuerda Candela Fernández: “Los guardias de seguridad eran los que más historias de fantasmas contaban; decían que en la zona de las taquillas podía sentirse un aire frío por las noches, yo por si acaso nunca iba sola”. La actriz rueda la miniserie La Mari II, donde trabaja junto a su hermana Ana Fernández, premiada por Solas, y su compañero de clase Antonio Garrido, el presentador del programa Identity de TVE. “Éramos unos privilegiados, teníamos todo a nuestra disposición para las performes: espacios, recursos...”, continúa la artista que durante cinco años fue Curro, la mascota de la Expo 92. “Estuvimos de promoción por diferentes ferias de turismo y eso me abrió mucho la mente, aunque menudo calor pasé con el disfraz”, recuerda.

En la meca del cine español cada vez destaca más los colores blanco y verde. Teresa Hurtado de Ory es una prueba. La actriz de la serie Cuenta atrás rueda estos días Marisol, la película, donde da vida a la artista malagueña Pepa Flores. Ya su abuela vaticinó que iba a ser actriz. “Decía que era muy teatrera”, apunta. Lo que no pronosticó fue la suerte que tendría en este mundo. Teresa llegó y besó el santo nada más comenzar su formación. Sólo duró un año en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Sevilla. El director sevillano Santiago Amodeo la seleccionó en un casting para protagonizar Astronautas y se tuvo que marchar a Madrid. Un año más tarde fue nominada al Goya como mejor actriz revelación. Desde entonces no ha parado de trabajar, algo que ha compaginado con sus estudios. “He tenido muchísima suerte al poder trabajar en lo que me gusta”, reconoce.

En septiembre, El Patio de mi cárcel, de Belén Macías, verá la luz en el Festival de San Sebastián. Ana Wagener,que interpreta a Dolores, la protagonista, ha compaginado durante meses el rodaje de la película, su papel de Vicenta en la serie La Señora y las funciones de la obra de teatro Don Juan, el príncipe de las tinieblas. “Han sido unos meses de locura”. Ana se levantaba a las cinco y a las seis la recogían y la llevaban al estudio para grabar. Por la tarde iba al teatro a ensayar y cuando regresaba a casa a las 11 estudiaba los guiones. La actriz no descansaba ni los fines de semana, días claves en el teatro. “Pero sarna con gusto no pica”, reconoce la artista canaria, andaluza de adopción. “Mis padres y mis hermanos nacieron en Cádiz y cuando tenía 13 años nos instalamos en Sevilla”, aclara. A Ana le apasiona su profesión, pero reconoce que necesita el teatro para respirar: “Nací en el teatro y si paso más de dos años sin hacer ninguna función me entra mono”.

No es de extrañar esa pasión por el teatro porque, tal como dice el sevillano José Manuel Seda, más conocido como Gonzalo en Yo soy Bea, “es la madre de las artes escénicas”. Todos los actores pierden su miedo escénico encima de un escenario. Aquí dan sus primeros pasos. “El teatro me cambió la vida”, asegura el también sevillano Félix Gómez, que entró por casualidad en el mundo de la interpretación. El actor quería ser abogado pero era muy tímido y le costaba hablar en público. “Para solucionarlo, en COU me metí en clases de teatro y descubrí mi verdadera vocación”, recuerda. “El escenario fue para mí mi segundo útero. Con el renací”.

La televisión también ha sido una gran escuela. Series como Plaza Alta y Arrayán, de Canal Sur, y Al salir de clase, en Tele 5,  fueron importantes canteras de actores andaluces. De Arrayán nacieron José Manuel Seda, Marco de Paula y Candela Fernández, y de Al salir de clase los más jóvenes: Fran Perea y Félix Gómez, compañeros que más tardes han coincidido en películas como Las 13 Rosas y El camino de los ingleses. “Canal Sur me dio una gran oportunidad con Plaza Alta, después me fui a Madrid con Al salir de clase; ahora vivo allí, pero tengo la necesidad de volver”, comenta. Algo que consiguió de la mano de Benito Zambrano en  Padre Coraje y luego con Antonio Banderas en El camino de los ingleses.

El malagueño Fran Perea es otra de las grandes estrellas que se ha formado en Andalucía, concretamente en la ESAD de Málaga. “En Andalucía hay muy buenas escuelas y cursos de formación. Lo que hace falta, desde mi punto de vista, es una buena red de teatro”, matiza el actor y cantante, que ahora prepara un nuevo disco.

Un veterano como Paco Tous incluye un elemento más: “En Andalucía hay compañías independiente de teatro muy buenas; compañías como La Imperdible o Los Ulen, la mía, han ejercido una gran labor”, reconoce el actor que se crió en El Puerto de Santa María (Cádiz) y que triunfa con Los Hombres de Paco. “No creo que haya mucha diferencia entre mi promoción y la nueva generación; hemos vivido épocas distintas y tal vez los nuevos no han tenido que descargar tantas cajas de la furgoneta durante las giras de teatro”, continúa el protagonista de la serie de Antena 3.

Los castings son un obstáculo más que tienen que pasar antes de convertirse en verdaderas estrellas de cine. “Son horribles, son pequeñas oposiciones donde no sabes qué te van a pedir”, exclama Fran Perea entre risas. En una prueba para un anuncio de coche, sólo tuvo que sacar la mano por la ventanilla y jugar con el viento, tal como le dijo el director: “No enfocaron nada más: imagínate mi cara de sorpresa”. Marco de Paula, intérprete de Planta 25,  recuerda lo duro que fue el casting de su primera serie nacional, Nada es para siempre. “Pasé siete pruebas de selección y a los finalistas nos pidieron de todo, hasta presentar un informativo”.

No es fácil forjarse un futuro como artista, pero el acento andaluz no le ha supuesto a ninguno un gran problema. “En la escuela estuve tres años dando clase de técnica vocal y, al final, eres capaz de cambiar de registro con facilidad, forma parte del aprendizaje”, reconoce Fran Perea, que prepara estos días su gira por Finlandia. Los primeros años recorría todas las agencias dejando sus datos. “Una vez dije: ‘Hola, vengo a entregar mi currículum’ y me contestaron, ‘¡Uy! ¿Con ese acento?”, recuerda Fran. “Te sienta un poco mal porque piensas, sí, soy de Málaga, pero he estudiado para neutralizarlo”.

El acento enriquece, o al menos eso es lo que piensa la mayoría de estos actores. “Ya no es un hándicap; es un arma que como actor hay que saber utilizar”, explica Paco Tous. “Si en la comisaría de la serie hay inspectores andaluces, por qué no van a hablar con su acento, y si tengo que rodar en Asturias o Cataluña, pues me adaptaré a su registro lingüístico”, explica. Este verano  no ha querido comprometerse con nadie. Después de tres años intensos con Los Hombres de Paco quiere dedicarle tiempo a su familia, pero en septiembre vuelve con nuevos capítulos y un espectáculo con su compañía Los Ulen, una reedición de Maná-Maná.

El doblaje es otra de las técnicas que permite neutralizar el acento cuando es necesario. Esto lo saben bien José Manuel Seda  y Ana Wagener, la voz en España de Lynette Scavo, una de las famosas Mujeres Desesperadas.Ambos se dedican al doblaje desde hace 20 años.

Pero el espectáculo debe continuar y en las artes escénicas hay hueco para todos. Nuevas promesas despuntan en la parrilla televisiva. Alejandro Albarracín es un ejemplo. A sus 23 años ha protagonizado la serie de Canal Sur Rocío, casi madre y a finales de agosto empezará a grabar Amores de mercado, una adaptación de Tele 5 del culebrón colombiano del mismo nombre. “Cuando voy a Ronda la gente me reconoce por la calle por la serie de Canal Sur y me paran y me preguntan si me gusta la ciudad. Yo digo: ‘Señora, que soy de aquí”, cuenta risueño este joven malagueño que entró en el mundo de la interpretación por hobby. “Yo iba a estudiar Telecomunicaciones, pero me metí en clases de teatro”, explica. De pequeño iba todos los jueves al Cine Club de Ronda. Era el día más esperado de la semana. Alejandro no se lo pensó dos veces y, cuando terminó Bachillerato, hizo las maletas y se marchó a Madrid. “Hice una pequeña intervención en Los Hombres de Paco y al principio me asusté por la repercusión que podía tener, pero cada vez me gusta más este mundillo”, recuerda.

Algunos piensan en el cine como una meta, para otros es una rama más, pero todos se ven más o menos obligados a reflexionar sobre el momento actual. “El cine español está siempre luchando”, reconoce Paco León. Algunos son optimistas, pero otros no lo ven tan claro. Como Alex O’Dogherty: “El futuro  lo veo bastante mal, no apoyan lo suficiente al cine, crees que estás haciendo el papel de tu vida y luego no van a ver la película. Estoy un poco desilusionado”, admite. No sólo habla como actor, sino como director de su único  cortometraje,  Tocata y Fuga (2005).

 No obstante, todos coinciden en afirmar que existen grandes genios, actores comprometidos con la causa, que se están haciendo grandes películas y series de televisión. “Podemos quejarnos sobre cuestiones económicas, pero no creativas”, advierte Paco Tous. Mientras, Félix Gómez resalta la falta de apoyo institucional. “El cine debe entenderse como una industria más. Hay que establecer sistemas de financiación y protección para poder luchar con otros mercados en igual de condiciones”.

Pese a los obstáculos, son grandes estrellas. Paso a paso lo han conseguido. Y ahora forman parte de una generación de cine.

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