UNIVERSIDAD

Un futuro de batas blancas

  • Medicina y Enfermería son las titulaciones más demandadas en Andalucía. Biotecnología está de moda y ocupa el primer puesto en la Pablo de Olavide. Cada vez menos estudiantes optan por las Filologías

Un código de tres dígitos marcará el futuro de 53.000 jóvenes andaluces que toman estos días una de las decisiones más importantes de su vida. ¿Qué estudiar? Los nervios están a flor de piel. Unos nervios que empiezan en bachillerato, donde hay que conseguir una buena media, luego viene selectividad y ahora las preinscripciones universitarias. 

Las nueve universidades públicas andaluzas suman un total de 500 titulaciones, pero hay una que destaca por encima de todas en esta colmena, es la abeja reina: Medicina, la titulación más demandada en cinco provincias y con una nota de corte que supera en todos los casos el 8.  Le siguen en el ranking andaluz Enfermería, Educación Infantil y Empresariales.

Aurora Sánchez del Río siempre tuvo claro que quería estudiar Medicina. “De pequeña me encantaba jugar a los médicos y siempre sentí curiosidad por el cuerpo humano. Por eso, desde el primer día de bachillerato estudié para conseguir la media”, comenta esta gaditana de 20 años que estudia en la Universidad de Cádiz. “Es una carrera muy bonita pero también muy dura”. Sin embargo, tanta demanda puede abarrotar las aulas. “No son adecuadas. Las clases teóricas las damos en el aula magna, somos unos 200 alumnos y es imposible escuchar y ver las proyecciones bien”, se queja Aurora. “Hay compañeros que llegan a clase 30 minutos antes para coger un buen  sitio”.

Javier Cañizares lleva 25 años impartiendo la asignatura de Histología en la Universidad de Granada. “Cuando decidí estudiar Medicina no fue tanto por la vocación, sino porque tenía familiares médicos”, pero al final se dedicó a la docencia y a la investigación. Aunque pertenecen a generaciones muy distintas, Aurora Sánchez y el profesor Cañizares coinciden en enumerar cuáles creen que son las causas de tan alta demanda. “Se está recuperando ese prestigio social que el médico tuvo hace muchos años. Ahora hay mejores perspectivas de futuro y se han reducido las largas listas de paro que había hace algunos años”, anota Javier Cañizares. “La televisión también influye y marca a los jóvenes. Series como House y Hospital Central ofrecen una imagen idílica de la profesión que no se ajusta con la realidad”, concluye.

Medicina es, junto a Derecho o Arquitectura, una carrera tradicional, pero hace cuatro años nació una nueva titulación que le está haciendo sombra en Sevilla: Biotecnología. Alejandro Sarrión Perdigones pertenece a la primera promoción de biotecnólogos de la Universidad Pablo de Olavide, una titulación que hasta hace cuatro años sólo se impartía en la Universidad Autónoma de Barcelona. “La palabra biotecnología está de moda, es una carrera que llama la atención por su alta nota de corte, especialmente si tienes un buen expediente y no sabes qué estudiar”, asegura Alejandro, que tiene una media casi de sobresaliente. “Es una carrera difícil pero no imposible, aunque es verdad que todos los que hemos entrado somos muy buenos estudiantes y la mayoría vamos curso por año”. Este estudiante sevillano hizo 1º de Ciencias Ambientales y cuando implantaron Biotecnología al año siguiente se cambió. “Vi que tenía un plan de estudios muy interesante, que trataba muchas ramas de la ciencia y que se centraba más en la investigación que es lo que me gusta”.

Para acceder a una de las carreras más demandadas hay que tener un buen expediente, pero profesores como Javier Cañizares considera que no siempre se corresponde la nota de acceso con el rendimiento del alumno. “En bachillerato le engordan un poco la nota al final para que no tengan problemas para acceder a la carrera que quieren, y, a veces, sus calificaciones son mayores al rendimiento durante el curso”. Medicina, Enfermería y Fisioterapia se han repartido los primeros puestos durante años. Sin embargo, “ahora la demanda es mucho más obsesiva. Hay alumnos que repiten selectividad para alcanzar la nota o hacen cursos que luego convalidan por asignaturas para no perder un año”, explica el profesor.

Tras la preinscripción, a los futuros universitarios sólo les queda esperar y cruzar los dedos hasta que salgan las primeras listas. En septiembre empezarán una carrera de fondo de tres años como mínimo.

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