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TELEVISIÓN ESPAÑOLA

Historia viva de 'El Tiempo'

  • José Antonio Maldonado dice adiós a TVE tras 23 años ante el mapa de isobaras. Orgulloso de su carrera, quiere seguir vinculado a la información meteorológica

La primera vez que José Antonio Maldonado (Sevilla, 1944) dio la información metereológica en un informativo sus compañeros le aplaudieron. Fue hace 23 años. Era la primera vez que se asomaba al salón de la audiencia española desde un plató y con una cámara delante. Parecía que llevara toda la vida en televisión. Ahora, cuando apenas le quedan unos días presentando El Tiempo, “unos cuantos este mes y otros pocos en agosto”, dice adiós a las isobaras de Televisión Española. El hasta ahora jefe del área de meteorología de la cadena es uno más en la lista de profesionales, 4.150 según las cifras oficiales, que se han acogido al expediente de regulación de empleo (ERE) que el ente público puso en marcha el año pasado y que se ejecutará hasta finales de 2008.

Las despedidas que no se solicitan dejan un sabor agridulce. Maldonado dice que “las heridas se restañan con el tiempo” y  asegura que en su trayectoria al frente de El Tiempo han habido más días buenos que malos. “He sido tremendamente feliz en esta casa”, confirma recordando que en este espacio encontró “un zapato a medida”. Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla se dedicó durante unos años a la docencia en Sevilla y Palma de Gran Canaria antes de incorporarse en 1970 al Cuerpo Facultativo de Meteorólogos, perteneciente, por aquel entonces, al Ministerio del Aire. Permaneció  en el Instituto Nacional de Meteorología, ahora Agencia Estatal de Meteorología, hasta 1985, fecha en la que entró en TVE.  Primero fue el programa Buenos Días. Después estuvo durante unos meses en el Telediario Fin de Semana, hasta que el 1 de enero de 1988 regresó a los informativos diarios con El Tiempo, uno de los espacios más vistos del ránking con cerca de cuatro millones de espectadores diarios. 

A la generación que creció con el recuerdo de Naranjito le enseñó en esos años 80 “con un estilo riguroso” un mapa de isobaras de cartón piedra. Era una imagen en blanco y negro que mandaba el mismo Instituto de Meterología. Ahora, en la era de la imagen digital, las cosas han cambiado. “El tiempo es eso, algo intrascendente de lo que se habla en el ascensor, pero que afecta a todos los niveles, desde la economía, a la política, el tráfico, la salud o la seguridad. Por eso no comparto el estilo de los [presentadores] que cuentan en plan broma un asunto tan serio como es la información metereológica”, dice en alusión, velada, al estilo que impera en cadenas nuevas donde el presentador del tiempo igual se disfraza de romano que cuenta un chiste.

Maldonado deja los chistes fuera del plató donde, presume, los cuenta “estupendamente”. “Ejerzo de sevillano y de sevillista, pero no de antibético”, matiza con sorna el que fuera un día jugador de los juveniles del Betis. Vecino del barrio de San Lorenzo y hermano de la hermandad de La Soledad, su firme sevillanía le lleva a responder que vive en Sevilla, aunque transitoriamente, los últimos 37 años, en Madrid.

Y así, medio en broma medio en serio, Maldonado cuenta como anécdota que han llegado a recibir llamadas de negocios de la costa quejándose del pronóstico que daban para Semana Santa si éste era negativo. “Esa fecha es clave. Son pocos días y si el pronóstico es negativo, la gente cancela las reservas y se queda en casa... Y claro, las cuentas para los negocios no salen. Pero las predicciones meteorológicas son las que son, no se pueden inventar”.

Y sale entonces de nuevo la voz del presentador que hemos visto en pantalla los últimos veinte años. Y más si se le pregunta qué tiempo hará en Andalucía este verano. “No es posible saberlo con precisión”, antepone para descolgarse las medallas de futurólogos que muchos espectadores le ponen a los hombres del tiempo. “La previsión que se da a las industrias es que será un verano algo más caluroso, con un grado o grado y medio más alto que el año pasado, pero sin llegar a lo que fue el verano de 2003 de 40 grados de media todos los días”. Entonces, la voz que habla de grados y previsiones al otro lado del teléfono es la misma que ha entrado en el comedor de casa desde hace 20 años cuando el cabeza de familia mandaba a callar para “ver el tiempo de mañana” y organizar días en la playa, el campo o la montaña.

Lleva con orgullo ser historia viva de la televisión y la sociedad en España. “Si el año pasado TVE cumplió 50 años y yo llevo 23 en la casa, dígame si no soy historia de la tele en este país”. Por esta misma razón, Maldonado no quiere despegarse de la información meteorológica. “Me encantaría recalar en mi tierra, en Canal Sur, por ejemplo. No en un informativo diario, pero sí en algún programa relacionado con el clima, la naturaleza...”. No quiere descansar, de hecho, Maldonado dice que nunca desconecta. “Mi mujer es también meteoróloga y nos gusta estar siempre al día, porque en televisión en este sentido hay poco que inventar pero en cuanto a la ciencia hay mucho que seguir investigando”.

La información que se da es la misma, sólo ha cambiado el envoltorio. En estas dos últimas décadas,  ha pasado de explicar el tiempo sobre un mapa en blanco y negro de la foto del satélite a hacerlo con un mapa digital de isobaras que cambia cada treinta segundos.  Pero siempre con datos y cálculos, no suposiciones. “Lo de las cabañuelas es pura ciencia ficción, no tienen ninguna base científica y en cuanto a los refranes siempre tienen un contrarrefrán”, opina. Aún así, guarda con cariño una edición de una joya de la paremiología Refranes de la Temperie (1985) de José Sánchez Egea.

Los refranes los deja para casa. Los chascarrillos, para cuando queda con amigos en Sevilla. Para los pocos días que le quedan en la pantalla Maldonado deja la terminología que ha enseñado durante 20 años: marejadas, anticiclones, nieblas y vientos de Levante. Hoy, sin embargo, la predicción para Andalucía es de tiempo soleado, salvo en el extremo oriental, donde habrá intervalos nubosos.

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