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Provincia de Cádiz

La vida de La Janda pasa por La Breña

  • Un compendio de pinares, marismas, acantilados y playas para 5.000 hectáreas Un ave en peligro de extinción, como es el Ibis Eremita, habita en el parque

Más al sur de la provincia, otro de los parques más emblemáticos ha llegado al cuarto de siglo entre idas y venidas de generaciones. Es la Breña y sus marismas las que han ofrecido a La Janda un toque más de diversidad con sus 5.000 hectáreas de parque. Entre playas, dunas, marismas, rocosos acantilados y bosques crece este pequeño paraje natural entre los pueblos de Vejer y Barbate. Pese a ser más menudo que otros enclaves de similares características de la provincia, sus variantes ecológicas son mayores para albergar especies diferentes y en amenaza, como es el caso del Ibis Eremita.

"La Breña es un parque pequeño y accesible en cuanto a comunicación e ideal para familias. No tiene grandes cuestas ni pérdidas, está bien comunicado. Es un pinar litoral con un uso público considerable", explica Antonio Gómez, director del parque. Según los cálculos de la Junta, al año visitan La Breña unas 50.000 personas. Los pinares y la zona terrestre constituyen el 77% del total del parque, además es un punto idóneo para la práctica de actividades deportivas. Tanto es así que es referente mundial en el deporte de orientación, para ello cuenta con dos circuitos habilitados. "Los campeones del mundo de este deporte vienen aquí a entrenarse", asegura Gómez.

Otro de los hitos en la historia de La Breña ha sido la recuperación unas marismas que lo ha hecho más diverso si cabe. Unos humedales que dejaron de existir por malas prácticas sobre el entorno. Por entonces, se acometió una inversión de seis millones de euros para aprovechar "unas marismas abandonadas por antiguas acuiculturas para hacer actividades relacionadas con la propia acuicultura. La transformación ha sido positiva en cuanto a modelo de explotación", sentencia Gómez. "Se elaboró un plan de desarrollo por los años 80 que cambiaron las marismas para acuicultura y nunca se puso en práctica y durante 20 años ha estado el terreno degradado y ahora se han recuperado con una tecnología mas moderna e integrando factores medioambientales", puntualiza el director. La empresa que explota dichas granjas marinas emplea a 80 personas de Barbate, lo que convierte a las marismas en una de las principales fuentes de trabajo de la castigada localidad.

Por otro lado, la Administración fija sus esfuerzos en la protección de la franja marina. La franja está ahora en vía de desarrollo y supone una cuarta parte del parque con 1.152 hectáreas. "Se extiende una milla frente al tajo y se encuentra protegida; en este lugar no se puede construir nada. Puede destinarse a la pesca deportiva, al ser tan cerca de la costa no se puede destinar a una pesca mayor", aclara.

Por último, uno de los elementos diferenciadores de La Breña es la presencia de una colonia de Ibis Eremita. Un ave en peligro de extinción que se encuentra entre las diez más amenazadas del mundo. Esto hace que haya un repunte en el turismo ornitológico que tiene como objetivo ver esta colonia singular de pájaros. En colaboración con el Zoo de Jerez, la Junta trabajó en la recuperación de esta especie con su cría en cautividad y su posterior puesta en libertad en la comarca de La Janda. Los ejemplares reproductores anidan en la Barca de Vejer y se mueven por el entorno de La Breña. El otro único lugar del mundo donde habita el Ibis Eremita es en Marruecos. José Manuel López, jefe del departamento de biodiversidad de la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Cádiz, cuantifica en 80 ejemplares los que sobrevuelan los pastizales y acantilados del parque, un 25% del total de la población reproductora mundial. Su grado de amenaza es superior a la del lince y el águila imperial ibérica", advierte con preocupación sobre el futuro del ave.

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