inmigración

El viaje en el mar de la Administración

  • Oumo y su hijo, un niño de 4 años, llegaron a España en pateras diferentes y les negaron la reunificación durante seis meses

  • No es el único caso de inmigrantes en 'tierra de nadie'

El viaje en el mar de la Administración

El viaje en el mar de la Administración

"Le necesito". Así rogaba Oumo Totopa poder abrazar a su hijo. La historia de esta mujer costamarfileña ha llegado al Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo por estar seis meses esperando reunirse con su niño tras llegar a España en patera. Desde el pasado lunes están juntos en un piso de acogida de Jerez, después de que las pruebas de ADN certificaran que, como había clamado a los cuatro vientos, son madre e hijo.

Oumo, una joven viuda, no tenía dinero suficiente para pagar el terrible viaje en patera de ella y su hijo para cruzar el Estrecho. Decidió que viniera primero Abderramán, que cumplió 4 años el pasado mes de junio, junto a la tía del pequeño. Pensó que de esta forma el menor no estaría solo mientras ella volvía a reunir el coste de un nuevo viaje en patera para empezar en España una vida mejor. Él llegó en marzo, ella un mes después. Pero se encontró que su pequeño fue internado en un centro de acogida para menores en Melilla desde el que no tuvo ningún tipo de contacto con su familiar. Comenzó entonces para Oumo otra travesía. Esta vez no era cruzar un mar en el que mueren ahogadas miles de personas, sino el camino de enfrentarse a una Administración que le negaba reunirse con su hijo.

Oumo tenía documentación del pequeño, fotografías, e incluso Abderramán gritaba "mamá, mamá" cuando veía una imagen de su madre. El trámite de reunificación en ningún caso debería haber sobrepasado el mes, pero en esta ocasión ha sido medio año sin poder comunicarse con el menor. Teresa Fernández, abogada de Women's Link Worldwide (organización que ha defendido a Oumo durante estos meses), reconocía esta semana que "por parte de las autoridades no se hizo nada de forma proactiva tras la petición de Oumo. Tuvimos que realizar el test de ADN con nuestros medios y cuando fue enviado en agosto nos dijeron que no era viable. Ha sido un sinsentido cómo iba de un lado a otro la prueba". Todo transcurrió a cámara lenta hasta que la ONG presentó el caso en Estrasburgo, donde hoy está la denuncia de Women's Link Worldwide por vulneración de derechos fundamentales.

Desde la organización reconocen que el caso de Oumo es muy particular, aunque sí han detectado que hay un patrón sistemático de discriminación a las mujeres africanas que llegan al país, un patrón que han recogido en un informe sobre madres en las redes de tratas. Precisamente, desde la oficina del Defensor del Pueblo Español se solicitó el pasado mes de marzo la mejora en la determinación de la edad de las menores que llegan a territorio español para detectar a las víctimas de trata.

Asimismo, Amnistía Internacional también denunció en noviembre de 2016 en su informe sobre la situación de migrantes en la frontera de Ceuta y Melilla el caso de Nasiha. Embarazada de tres meses, fue detenida tras intentar cruzar con documentación marroquí por el puesto fronterizo de Beni Enzar, junto a su hijo de tres años. Pasó dos días en el calabozo acusada de falsedad documental, motivo por el que fue separada de su hijo, que pasó a ser tutelado por los servicios sociales de Melilla.

Una vez puesta en libertad -como se recoge en el informe-, Nasiha intentó recuperar a su hijo, pero la entrega le fue denegada hasta que llegara la prueba de ADN. Como con Oumo, las autoridades no daban por válido el certificado de nacimiento que había presentado y se le denegó verlo. Los resultados llegaron más de tres semanas después: eran madre e hijo.

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