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marítimas El 'Galatea' navega en la red

Al rescate del buque escuela 'Galatea'

  • Un grupo de antiguos "galateanos" lucha por recuperar imágenes e historias relacionadas con el antecesor del 'Elcano'

Fue bautizado en diciembre de 1893 con el nombre de Glenlee, el mismo con el que reposa en aguas de la tierra que le vio nacer: Glasgow.

Pero entre su nacimiento y su reposo final, cientos y cientos de historias de cientos y cientos de marineros hacen que este buque escuela, considerado como el antecesor del Juan Sebastián de Elcano siga vivo y navegando. No ya por las aguas sobre las que tantos buenos recuerdos depositó en la mente de muchos "galateanos", sino sobre Internet, gracias al buen hacer y a las buenas intenciones de un grupo de estos "galateanos" que lucha ahora no sólo por recuperar el buque para España sino, al menos, recuperar su espíritu, sus imágenes y sus historias.

Un ex jesuita y ex militar catalán, Jaume Matamala Blanch, es uno de los ideólogos de este buceo por la historia en busca de testimonios e imágenes que reconstruyan la vida de este singular buque de tres palos construido en los astilleros Bay Yard en Port Glasgow a finales de 1896. Pero no fue hasta 1922 cuando se incorporó a la Armada Española, en la que permaneció en activo hasta 1969, año en el que ya inició su hundimiento en la historia.

Antes de recibir en aguas españolas el nombre de Galatea, con el que fue incluso protagonista de la histórica película que rodó el propio Francisco Franco, Raza, fue rebautizado, primero como Islamount y luego como Clarastella.

En sus inicios fue utilizado para el transporte de grano. En 1905 pasó a ser propiedad de la empresa de Liverpool Richard Thomas & Co., a quien fue requisado por la Royal Navy durante la Primera Guerra Mundial. Y bajo bandera británica surcó los mares hasta 1919. Desde esas tierras pasó a territorio italiano, al ser adquirido por una naviera genovesa que lo usó como buque mercante. En esa época, al futuro buque escuela español se le hizo una serie de remodelaciones que lo dotaron de una gran modernidad.

En 1922, España se vio con posibilidades para adquirir dos buques escuelas y le compró a Génova el Jodanhill y el Clarastella, que ya, en aguas españolas, sería rebautizado una vez más como Galatea, nombre con el que adquirió la gloria en el seno de la Armada Española que ahora guía el espíritu de este grupo de recuperadores que encabeza Matamala.

Y fue precisamente en Cádiz, en los astilleros Echevarrieta y Larrinaga donde la nave se transformó definitivamente en buque escuela. A España le costó poco más de 850.000 pesetas, cantidad a la que se sumó un millón más con motivo de la modernización y conversión en escuela a flote.

Su primer viaje de instrucción, ya como Galatea, lo protagonizó en 1925, ya como barco destinado a la formación de futuros oficiales de la Armada. Y tan sólo tres años después, fue relevado por el Juan Sebastián de Elcano, aunque, tras una nueva modernización de sus motores, fue asignado a la escuela de aprendices marineros especialistas como buque escuela de maniobras. El tiempo, sumado a múltiples vicisitudes meteorológicas y bélicas provocaron que el 15 de diciembre de 1959 quedara amarrado en el arsenal de Ferrol como pontón escuela de maniobra hasta su baja definitiva en la Armada en 1969, tras 47 años de servicio en la Armada Española. Y fueron voces populares las que lograron frenar las intenciones de la Armada de desguazarlo.

A partir de ahí, el abandono por parte de las administraciones y una serie de expolios continuos provocaron el declive de la embarcación, que llegó incluso a servir de cobijo para los indigentes.

En 1982 se llevaron a cabo algunas reformas en Bazán logrando atraer para sí de nuevo la atención de algunas ciudades como Sevilla, Barcelona, Santander, Palma de Mallorca o Ferrol. De hecho, durante la Expo del 92 se habló de adaptarlo como centro de comunicaciones y luego como museo naval junto a la antigua escuela de mareantes de Sevilla. Y fue sobre las aguas del Guadalquivir donde el Galatea se hundía cada día más, no sólo físicamente sino espiritualmente hasta que se decidió su venta en pública subasta y fue adquirido por 8 millones de pesetas precisamente para su ciudad de origen, Glasgow, donde de nuevo recuperó su nombre de Glenlee. Fue así remolcado en junio de 1993 hasta la ciudad de Greenock, donde hoy permanece varado.

Pues ahora, "para no dejar que el paso del tiempo se lleve para siempre el recuerdo del Galatea", Jaume Matamala y Arminio Sánchez Mora, junto a "las inmensas y entrañables colaboraciones de los antiguos alumnos galateanos" han sido los impulsores de este proyecto de rescatar fotografías, nombres e historias que, si no fuera por esta iniciativa, "se hubiesen perdido para siempre", tal y como reconoce para Diario de Cádiz, el marino Matamala. Así, todos ellos dicen haberse sumergido en la recuperación de "las más bellas imágenes de nuestro insigne buque escuela, recuperando incluso las tomas del velero que se filmaron en la película Raza". Todas esas instantáneas están saliendo a la luz y navegando ya en la red de redes, por ejemplo en el blog www.buquegalatea.blogspot.com.

Por su parte, Arminio Sánchez Mora está realizando, según comenta Jaume Matamala, un "gran trabajo histórico literario, siendo su empeño revivir al olvidado velero, mediante relatos de primera mano contados por sus navegantes, quedando todo ello reflejado en www.buqueescuelademaniobrasgalatea.blogspot.com.

En la actualidad, Matamala anuncia que está en "avanzada génesis" un proyecto para visitar en 2013 el Galatea-Glenlee con antiguos "galateanos", en un año en el que Glasgow ha optado por nombrar al Galatea hijo pródigo, "rescatándole de un apartado muelle de Sevilla".

Este grupo de "galateanos" anda buscando toda la información que ayude a recuperar, de alguna manera, al Galatea. En uno de sus blogs ofrecen una dirección (tecnologia@jet.es) donde enviar ideas, testimonios, historias o imágenes sobre el buque escuela.

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