La resaca del temporal no se ha hecho esperar en la loclaidad jerezana. Ayer mismo, una cornisa en las inmediaciones de la parroquia de Santa Ana se vino al suelo sin que, afortunadamente, se produjeran heridos.

Agentes de la Policía Local se hicieron cargo del control de la zona hasta que llegaron los bomberos para sanear la estructura.

Suele ser algo habitual tras las tormentas, si bien en esta ocasión ha faltado afortunadamente un factor que suele ser esencial para este tipo de siniestros urbanos: la intervención del viento.

Muchas estructuras antiguas, así como ramas, se empapan en agua, aumenta su peso y finalmente se fracturan.

Otro lugar donde ayer se acometieron tareas de limpieza y saneamiento fue en uno de los símbolos de la ciudad, la Torre de la Atalaya, donde los bomberos se desplazaron para retirar elementos que amenazaban con caerse. Como ya adelantara este medio, la tromba de agua arrojó toda la basura que acumula la referida torre hasta dentro de San Dionisio. Un dato especialmente significativo es que la Atalaya, pese a ubicarse en un edificio eclesial, no es de titularidad de la Iglesia sino municipal.

De otro lado cabe destacar que los agentes de la Policía Local desplegados por toda la ciudad la madrugada del pasado miércoles (cuando Jerez padeció una tormenta de dejó de 75 a 100 litros por metro cuadrado en apenas una hora) sacaron de sus coches a un total de once personas entre pasajeros y conductores de los mismos.

Se trató de un trabajo "arriesgado", destacaron a este medio fuentes del 092, quienes añadieron que en muchas ocasiones "el empuje del agua contra las puertas impedía abrirlas desde dentro y también desde fuera pues la presión es sencillamente enorme". La mayor parte de los rescates en cuestión se produjeron por las ventanillas, señalaron a este periódico las referidas fuentes. Los agentes colaboraron igualmente en el rescate de los dos conductores para lo que fue necesaria la intervención de un camión de recogida de basuras para poder llegar hasta ellos". Fuentes de la Policía Local aseguran que "fue una de las noches más duras que se recuerdan".