Posiblemente es la prueba de mayor sacrificio y resistencia. La carrera FAN-PIN, que cumplió ayer su décima edición, contempla un recorrido total de ocho kilómetros en el que se combinan tierra, fango y agua, y que se aproxima al deporte extremo y forma parte del adiestramiento habitual del personal destinado en el Tercio de Armada (TEAR).

Su objetivo es claro. Además de la pura realización de una actividad deportiva dura y exigente, se busca la incorporación de otros factores no menos importantes como el espíritu de sacrificio, la fuerza de voluntad, el trabajo en equipo, el compañerismo y el afán de superación.

La salida de la prueba, que tuvo lugar a partir de las diez de la mañana en el Llano de San Carlos del acuartelamiento, contó con la presencia del general del TEAR, Jesús Manuel Vicente Fernández, que inició la prueba tras agradecer la presencia de los 970 participantes de esta edición.

Aunque la gran mayoría de los mismos pertenecen al Tercio de Armada, se sumaron, como viene siendo habitual en los últimos años, miembros de otros cuerpos de Defensa. En total, 768 participantes a título personal y 23 equipos, 4 de ellos femeninos.

La primera parte del trazado consistió en cruzar a nado los caños hasta la isla del Pino en la que se encontraba un recorrido de bastante dureza al que se incorporaron distintos obstáculos. Posteriormente, los participantes volvieron a cruzar a nado para recorrer luego un tramo de fango en la zona de marismas, la más dura de todo el recorrido.

El ganador de la prueba fue el soldado del Ejército de Tierra Fernando Domínguez López, destinado en Regimiento de Artillería de Costa Nº4 (RACTA 4), que invirtió finalmente un tiempo de 42 minutos y 28 segundos. Domínguez López cuenta con tres participaciones en esta prueba, siendo el ganador también de la edición del año 2010.

La ganadora en la categoría femenina, por su parte, fue la soldado Cristina Morales Bustillo, del Primer Batallón de Desembarco (BD I) del Tercio de Armada.

En esta prueba en la que también se ha premiado a los más veteranos, destacó la participación de los distintos grupos, que ayudándose durante la prueba consiguieron llegar a la meta en formaciones de al menos seis participantes. El general del TEAR llegó incluso a realizar una mención especial al fotógrafo de Diario de Cádiz , Elías Pimentel, por su profesionalidad y entusiasmo al cubrir la competición.

Una prueba de máxima dureza, en la que no todos llegaron a la meta, pero que cada año contagia a más participantes con un ambiente de compañerismo dentro de la competitividad de una actividad de este tipo.