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Provincia de Cádiz

Los picos ye yé, en el aire

  • Después de 40 años de historia, la empresa de Puerto Real puede verse abocada al cierre en un mes. Sus trabajadores llevan dos meses sin cobrar las nóminas

"Le estoy pidiendo dinero a mi hermano, mi madre, a mi familia para poder salir adelante estos dos meses". "Yo me he gastado los 2.000 euros que tenía ahorrado para comprar las cosas para mi hija, que va a nacer en dos meses". Así hablan dos de los 16 trabajadores de la empresa Picos ye yé, Cohollero S.L., que podría verse abocada a cerrar en un mes por los problemas financieros que atraviesa y cuyos empleados llevan varios meses sin cobrar sus nóminas. La firma puertorrealeña podría acabar en breve con cuarenta años de fabricación de los archiconocidos picos ye yé, tan señeros de la Villa de Puerto Real y de la provincia.

Según el gerente de la empresa familiar, Juan Benítez, todo el dinero que consigue últimamente se lo queda el banco y no tiene dinero para pagar ni nóminas, ni seguridad social, ni la harina ni la luz. "Con esta situación puedo aguantar a lo máximo un mes -afirma- yo no puedo tener aquí a la gente sin cobrar y de hecho yo les he dicho que me denuncien para que puedan cobrar si esto cierra". Y de momento es lo que han hecho. Los sindicatos ya se han puesto en contacto con los trabajadores para que, en el caso de que la empresa se declarase en quiebra, puedan cobrar una compensación por el Fondo de Garantía Social (Fogasa).

Defiende Benítez que todo se debe a los más de 500.000 euros que le debe un distribuidor con el que tenían contratada la fabricación de la marca blanca de unos grandes supermercados y que suponía alrededor del 75% de la producción de la fábrica. Asegura que esta empresa lleva sin pagarle desde diciembre del pasado año. "Me devuelven los pagarés y encima, por no servir al supermercado, le ponen penalizaciones y quiere que lo pague yo", se queja el gerente de Picos ye yé, que enseña varios papeles mientras lo cuenta. La nave del polígono puertorrealeño del Trocadero está llena de palés y material producido para este supermercado, que se ha quedado allí debido al litigio que mantiene con la otra empresa, Productos Regionales del Sur S.L, que aporta también su versión, y que venía trabajando desde hace diez años con la panificadora.

Según afirman desde esta compañía en un comunicado, hay distintas razones que "nos han obligado a la devolución de los compromisos de pago no justificados". Argumentan que "es más cierto que somos acreedores de la firma puertorrealeña (y no deudores), tanto por mercancía no entregada como por mercancía no fabricada, así como por materias auxiliares de nuestra propiedad que obran en su poder (cajas , bolsas) y por el abuso del manejo artero de los precios y la presión de la política de anticipos para fabricar". Además, critican que Picos ye yé ha venido produciendo "ajeno a nuestro encargo diversas mercaderías y a precios de fabricación no pactados" y denuncian "la campaña de descrédito que ha entablado mandando email a clientes y proveedores. Según afirman, han intentado llegar a un acuerdo pero han "sido infructuosos todos los esfuerzos realizados".

Mientras, en Puerto Real llevan dos semanas sin producir ni un pico aunque ya ayer comenzaron a trabajar para proveer al resto de clientes. "Gracias a Dios tenemos más contratos, y me ha salido trabajo para firmas nuevas, incluso he mandado muestras para Japón, pero si no se arregla el problema con este distribuidor no podremos salir adelante", insiste Benítez, que asegura que con ese dinero "podría ponerse al día" .

Cuatro pedidos que tenían que haber salido ayer no pudieron hacerlo por falta de gasoil y además, para liar un poco más la situación, la máquina principal se estropeó y estaban pendiente de que arreglaran una pieza para seguir produciendo. Y es que como dice el dicho si algo puede salir mal, saldrá peor.

"Yo lo único que quiero es no cerrar y pagar religiosamente a mis trabajadores como siempre", insiste el gerente de la panificadora, que ya ha podido hacer frente a una de las dos nóminas que debe a sus empleados por la aportación de un amigo. El cierre de esta empresa familiar, con muchos años de historia, podría afectar en total a unos cuarenta trabajadores. Desde la empresa también piden implicación y ayuda de las administraciones para que no se pierdan todos estos puestos de trabajo, que es realmente lo importante.

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