pedro jaén. presidente de la academia española de dermatología y venereología

"Tenemos que estar orgullosos de la sanidad pública, mantenerla y mejorarla"

  • "Un problema frecuente y que continúa aumentando es el cáncer de piel. Pero una buena noticia es que la muerte a causa de esa enfermedad no aumenta sino que está estabilizada"

Jaén está al frente del servicio de Dermatología del Ramón y Cajal de Madrid.

Jaén está al frente del servicio de Dermatología del Ramón y Cajal de Madrid. / Fito Carreto

Acaban de concederle en Cádiz un galardón que le reconoce como un ejemplo a seguir, como parte de lo mejor que da esta tierra. Un gaditano con tanto prestigio profesional y buena parte de la población de esta provincia sin saberlo.

-Sí, nací en Cádiz. Mi padre era marino mercante y en ese momento trabajaba en Astilleros. Estuve poco tiempo. Me fui a los dos años. Todos mis estudios los hice en Madrid, de ahí que no tenga acento. Pero siempre me he sentido gaditano y he mantenido lazos con Cádiz. Mi hermano es médico y trabaja en Cádiz. Javier Jaén, que lleva la Oncología de Cádiz [director de la unidad de Oncología de los hospitales Puerta del Mar y Clínico de Puerto Real). Mis padres eran riojanos. Los dos han contado siempre que fue la época más feliz de su vida, en Cádiz. Siempre nos transmitieron ese sentimiento.

-Ahora está usted al frente del servicio de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

-En el Ramón y Cajal trabajo desde 2003. El hospital está asociado a la Universidad de Alcalá y aquí trabajo como docente.

-¿Qué problema de piel es frecuente y continúan batallando contra él?

-Un problema frecuente y que continúa aumentando es el cáncer de piel. Sin embargo, una buena noticia es que la muerte por cáncer de piel no aumenta sino que está estabilizada. Se diagnostica antes o se trata con más eficacia a los pacientes y mueren menos. Y seguramente la disminución en el número de pacientes la veremos dentro de unos años, cuando la toma de conciencia por parte de la gente, respecto a que tiene que tener ciertos cuidados con el sol, sea más amplia. En Australia, por ejemplo, las campañas de prevención de hace 30 años tienen como consecuencia que hoy ya no sea el país del mundo con más cáncer de piel. Ya es el segundo. Y es porque las campañas de prevención han tenido su efecto y eso seguramente nos pasará en nuestro país más adelante. Ahora mismo, los esfuerzos de la dermatología contra el cáncer de piel es el diagnóstico más temprano, que el paciente acuda al dermatólogo pronto, es lo más importante, o que el médico de cabecera, ante cualquier duda lo derive al dermatólogo y que éste tenga capacidad para diagnosticar pronto el cáncer de piel, especialmente el melanoma, que no es el más frecuente pero sí el más grave, el que con más rapidez progresa, se va a otros órganos distintos de la piel y acaba con la vida de la persona. Hay otros tipos de cáncer de piel más frecuentes que invaden localmente y pueden acabar con la vida de una persona pero a veces eso les lleva toda una vida. En el caso del melanoma, con un grosor pequeño, de milímetros, puede matar a un paciente que además no es de avanzada edad, sino de edad media o jóvenes incluso.

-No se hace mucho caso, no obstante, a la recomendación de no tomar el sol en exceso.

-El grupo de población que más quemaduras solares tiene es el de los adolescentes. Cuando los niños están al cuidado de los padres no se queman. Pero los adolescentes no asumen esa responsabilidad. Luego, en la edad adulta vuelven a cuidarse otra vez. Por eso las campañas las estamos orientando a jóvenes que hacen deporte, para que tomen conciencia de que tienen que protegerse del sol.

-Pero las playas están repletas de gente a mediodía. No hace mella la información. ¿A qué lo achaca?

-Pues porque el sol es muy apetecible. Lo es la sensación de tomar el sol. Hay muchas personas que aun sabiendo que no es beneficioso, lo toman por la sensación de bienestar psíquico, se encuentran favorecidos con el bronceado, con un aspecto más saludable. Ese aspecto hedonista placentero del sol puede más que el conocimiento que tienen de los perjuicios que supone. Sobre todo, para los adolescentes y los jóvenes.

-Es difícil luchar contra eso.

-Sí, porque el sol es un antidepresivo natural. En los países mediterráneos hay menos depresión que en los nórdicos. Y, por otro lado, hay personas que consideran que les favorece el bronceado. Desanima más a las personas el mensaje de que el sol les envejece que el de que les puede provocar cáncer.

-¿A quien se le diagnostica cáncer de piel y tomaba mucho el sol, sabía a lo que se arriesgaba o bien era por desconocimiento?

-La mayoría de los pacientes tienen cáncer por las quemaduras que sufrieron hace treinta años. La piel guarda memoria. Entonces, los pacientes dicen: cuando yo era niño, no sabía que el sol era malo. Los sabemos desde hace quince años. Y hay daño solar anterior a esta información. También hay personas jóvenes con cáncer por quemaduras de hace años porque a veces el período de latencia es más corto. Los de más edad: yo no lo sabía cuando me exponía al sol. Los de menos edad: yo lo sabía pero a pesar de eso me descuidé.

-¿En qué momento está la investigación sobre el cáncer de piel?

-Hay investigación en el apoyo al diagnóstico del dermatólogo con tecnología, el seguimiento informático y microscópico de los lunares sospechosos. También, una vez detectado, hay herramientas para evaluar hasta dónde llega el cáncer, la profundidad y la dimensión, como son la microscopía confocal y la ecografía cutánea. Esto nos ayuda a diagnostica pronto de forma completa la importancia del cáncer, además de las pruebas de imagen tradicionales, como son las resonancias, los escáneres, en caso de que la enfermedad pueda estar avanzada. Por otra parte, la cirugía dermatológica logra curaciones altísimas siempre que se diagnostique el cáncer a tiempo. Un cáncer diagnosticado a tiempo se cura al cien por cien con la cirugía dermatológica. Y dentro de esta cirugía ha tenido mucho desarrollo la cirugía de MOHS, en la que se controla microscópicamente, en la misma operación, que el tumor de piel está completamente extirpado. Y eso da tasas de curación cercanas al cien por cien cuando se llega a tiempo. Por otro lado, las investigaciones van sobre pacientes que tienen enfermedad sistémica, que su cáncer de piel ha pasado a otros órganos. Y ahí se han incorporado además de la quimioterapia y la radioterapia, nuevas radioterapias que mejoran esa respuesta del cáncer avanzado. Y también hay nuevas quimioterapias que van más a través del sistema inmune, dirigidos a tratar específicamente el tumor. Es la famosa medicina personalizada. Ya no se trata el cáncer sino el cáncer de este paciente. El cáncer de piel no es ajeno a toda esta revolución que está surgiendo en la oncología.

-Ha contado usted que tenía psoriasis de pequeño y que eso le llevó a comprender al enfermo.

-Hay un enfermo dermatológico que es crónico. Y es un enfermo que no es raro en la dermatología. Tiene una enfermedad visible que le afecta a su calidad de vida, a su estima, a su ánimo. Y no es que le duela ni le pique especialmente, aunque hay casos que sí, pero simplemente el verse así, le afecta. Encontrar a un médico que te entienda, que se ponga en tu lugar, y que a eso le dedique tiempo, ayuda mucho a los pacientes. A mí me ayudó mucho entender esa parte de la medicina y animarme a ser médico y a ser dermatólogo. Y ya no sólo por eso sino por todas las facetas que tiene la medicina. Pero esa experiencia de enfermo dermatológico crónico me ha ayudado luego a entender a esos pacientes y ayudarlos.

-¿Hay mucho problema dermatológico originado por un problema psicológico?

-Puede haber a veces origen psicológico pero es muchísimo más importante, 90 a 1, lo que psicológicamente afectan los problemas de piel. El porcentaje de que la afección psicológica se manifieste en la piel sí está ahí, de hecho, dentro de la Academia Española de Dermatología hay un grupo de trabajo que es Dermatología y Psiquiatría. Hay trastornos psicológicos o psiquiátricos que producen afecciones de la piel. Pero en este mismo grupo se estudia todo lo que los problemas de la piel afectan a la mente de la persona. Y es mucho más. Los adolescentes que tienen acné tienen más depresión y más suicidios que los que no lo tienen. ¿Puede ser por el estrés que el chico tenga acné? A veces es al revés: como tiene acné, está más triste. Hay estudios sobre pacientes que reciben tratamiento para su cáncer que van mejor si su ánimo está bien y su ánimo está bien si ellos físicamente se encuentran bien. El aspecto físico influye en el aspecto psicológico, mejora el ánimo y la mejora del ánimo influye en la mejora de sus problemas de salud.

-Participa usted en un proyecto en Tanzania. ¿Cómo surgió y por qué?

-El proyecto surge en el hospital Ramón y Cajal, en Dermatología. Las personas implicadas en el proyecto inicialmente son Luis Ríos y Lorea Bagazgoitia. La propuesta me la hacen a mí: colaborar desde el punto de vista dermatológico en un país africano. Fuimos a Tanzania sin saber exactamente en qué podíamos ayudar, porque desconocíamos los problemas de salud que tenían en ese país y en qué podíamos colaborar. Al llegar, nos encontramos con que los dermatólogos locales (había diez) y ayudantes no médicos manejaban relativamente problemas de infecciones, los problemas de salud más frecuentes, pero sin embargo no estaban capacitados para manejar el cáncer de piel, en el que nosotros teníamos mucha experiencia. Algo que desconocíamos al llegar, en 2007, es que había muchos pacientes albinos y que estos pacientes morían de cáncer de piel. Su esperanza de vida no superaba los 30 años. Pero es un cáncer que diagnosticado y tratado a tiempo se puede resolver. Inicialmente nuestra colaboración fue ir en misiones quirúrgicas dos o tres veces al año para operar pacientes con cáncer de piel y dar formación a los dermatólogos locales. Luego nos dimos cuenta de que podíamos dar formación a dermatólogos de países vecinos porque en Tanzania, en el hospital en el que comenzamos y en el que hemos continuado, se forman especialistas de todo el Este de África: Etiopía, Ruanda, Kenia, Malaui... Pero se estaban formando sin conocimiento de la cirugía del cáncer de piel. Ya van a hacer diez años de formación. Nuestro trabajo se ha orientado a formar a dermatólogos no sólo de Tanzania sino del Este de África.

-Y los resultados son buenos.

-Son buenos. Esto no se debe a nosotros en exclusiva pero fuimos los promotores. En este momento hay en Tanzania un centro de formación de cirugía dermatológica que da formación a todo el Este de África, hay dos quirófanos y un edificio dedicado a la dermatología, a la cirugía dermatológica. Cuando llegamos ni pensaban en que podían hacer este tipo de cirugía. Continuamos yendo, seguimos dando formación. Y de forma anual seguimos operando. Ya no es importante el número de pacientes que operamos nosotros sino el número de pacientes que operan ellos.

-¿Sigue siendo una actividad solidaria?

-Desde el inicio, el propio equipo financia la actividad. Hemos recibido en algún momento colaboración puntual pero es el equipo de médicos y personal sanitario el que financia la actividad.

-En Cádiz ha habido una gran manifestación en defensa de la sanidad pública. ¿Qué opina sobre lo que está sucediendo?

-Soy un convencido de que tenemos un sistema sanitario público que es envidiado por muchos. El otro día, un taxista extranjero me dijo que después de haber recorrido varios países en el mundo, había elegido venir a España por dos motivos: por la sanidad, al ver que era gratuita, y por la educación; en el segundo me he equivocado, me dijo. Sin duda, la sanidad es uno de los activos más importantes que tenemos: que sea una sanidad para todos, gratuita, ecuánime, que no haya diferencias en alcanzar los recursos sanitarios entre comunidades, que todos los ciudadanos, vivan donde vivan, alcancen los recursos sanitarios con las mismas garantías en todos los lugares. Yo soy un defensor a ultranza. Y creo que hay que separar en la medida de lo posible..., la sanidad tiene que estar profesionalizada, las decisiones sanitarias tienen que ser profesionales pero, a veces, cuando la política se mezcla en las decisiones profesionales, pues no salen del todo bien las cosas. Pero del sistema público de sanidad tenemos que estar orgullosos y tenemos que seguir trabajando por seguir manteniéndolo y mejorándolo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios