"Estando en otoño, el flujo es constante en los ingresos", comenta José Carlos Cabrera, miembro del grupo de investigación de Estudios Árabes de la Universidad de Granada, sobre la llegada de menores extranjeros no acompañados a los centros de acogida. "Cada vez hay pateras con más menores y la realidad es el que el sistema está completamente saturado".

Este experto en la materia expone que "las mafias están vendiendo que cuando uno es marroquí, o subsahariano, y menor de edad, tiene muchas posibilidades de quedarse en Europa" y las familias apuestan por ese menor. "Les están vendiendo viajes no sólo hasta las costas andaluzas, sino pagando el viaje a zonas como el País Vasco", asegura.

Durante todo este verano, representantes de los trabajadores de lo centros han alertado del colapso y la difícil situación que se está viviendo. La Junta ha ido aumentando sus plazas. La provincia de Cádiz, concretaron desde la Delegación Territorial de la Consejería de Políticas Sociales, además de los centros públicos de acogida inmediata con 88 plazas y de las unidades de emergencia que se han ido habilitando, cuenta con una red de recursos residenciales concertados que atienden distintos programas de acogimiento residencial. "Un total de 237 plazas de las cuales en torno al 50% se encuentran ocupadas por menores extranjeros no acompañados -el resto lo son por menores nacionales en desamparo-, desde los cuales se siguen programas de formación e inserción acordes a sus edades", afirman. "Andalucía, tal y como tiene encomendado en sus políticas de infancia, acoge a todos los menores no acompañados que llegan, por lo que ningún menor se queda sin asistencia".

Cabrera cree que en el tema político se está tratando como algo puntual la llegada de menores no acompañados, pero es un fenómeno que no sólo pasa en Andalucía, sino en toda Europa y la ley se está quedando por detrás. "Al final de octubre en el Estrecho, han llegado de tres a cinco niños al día, con su propia problemática, con su propio objetivo", comenta, recordando que, una vez cumplida la mayoría de edad apenas hay recursos y "quedan en una situación vulnerable, a merced de muchas mafias y de gente que puede radicalizar a esos perfiles". Por eso pide un cambio de la legislación que los tenga en cuenta, y apuesta por una agencia europea de control en esta materia.

El investigador también llama la atención sobre el abandono de los centros por parte de estos menores, "con una media muy alta". Desde la Junta aseguran que "en la mayoría de los abandonos de centro que se producen -tanto desde los centros de primera acogida como desde las unidades de emergencia-, en torno al 90% se trata de personas en las que se indica en el oficio de ingreso realizado por la policía 16 o 17 años, pero donde no consta ni documentación acreditativa de su edad ni se ha realizado prueba ósea de determinación de edad, existiendo bastantes dudas sobre su minoría de edad". Según afirman, todos los menores de menos de 12 años son ingresados directamente por la Policía en centros concertados con población más acorde a su edad o bien trasladados inmediatamente desde los centros públicos.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, pedía esta semana en un seminario en Sevilla más recursos al Gobierno central para atender a estos menores y consideraba "muy necesario" que la Unión Europa "se tomen en serio y estreche la colaboración con todas las administraciones" para dar respuestas.