Provincia de Cádiz

Un agente de una joyería denuncia un atraco a punta de pistola en Conil

  • Relata que dos individuos le retuvieron dentro de su vehículo, en el que transportaba las joyas, y le abandonaron en una zona frente a El Colorado

"Estamos vendidos totalmente; alguna vez me tenía que pasar, porque era de los pocos a los que aún no habían robado". Eran las lamentaciones de Rafael Mateo, aún con el miedo en el cuerpo después de haber sufrido un robo a punta de pistola el martes en Conil. El empresario se disponía a partir hacia Córdoba, donde vive y donde trabaja como representante de la Casa Alfaro Joyeros desde hace más de tres decenios.

Este cordobés de 56 años, casado y con hijos, temió por su vida, sobre todo cuando le pusieron una pistola sobre la cabeza, cargaron el arma, y le dijeron que sí se movía le pegaban un tiro.

Sin dejar de atender el móvil, Rafael Mateo, relató ayer lo mismo que ha contado una y otra vez a la Guardia Civil, que ha abierto una investigación para arrojar un poco de luz a tan siniestro suceso que ayer era el principal comentario en esta zona rural de Conil.

Este representante de productos de joyería, tras comer sobre las dos y media de la tarde del martes en el bar Avenida, se dirigió a su coche para seguir su actividad comercial en la población de Conil. En ese momento, sin que él se diera cuenta, dos personas se le echaron encima, sacaron una pistola, y le ordenaron que entrase en la parte trasera de su vehículo y que se mantuviese con la cabeza agachada hacia el suelo. Junto a él se subió un individuo que le echó el brazo por alto para que no se levantara, mientras que otro se ponía al volante.

El individuo que le aguantaba la cabeza y que portaba la pistola le habló en un castellano correcto, diciéndole: "si te mueves te pego un tiro", mientras que con el conductor hablaba en marroquí. Ésta es una de las pocas pistas con la que trabaja la Benemérita para identificar a estos dos atracadores, varones y no muy mayores.

Tras arrancar, sin saber qué dirección habían tomado, el joyero notó cómo el vehículo circulaba por un carril por los baches y los saltos. A los pocos minutos, unos cinco según la percepción del tiempo, "pararon el coche, se bajó el que iba conduciendo, bajó las maletas, se montó otra vez en el coche y siguieron por el mismo camino, deteniéndose de nuevo". En ese momento que pararon. "Creí que me iban a liquidar allí". Uno de ellos le dijo que "se bajase por la otra puerta trasera, agachado y sin levantarse, tirándose al suelo y quedándose inmóvil unos diez minutos", unas indicaciones que siguió al pie de la letra. Mientras los dos individuos volvieron al coche, tomando de nuevo el mismo camino que les había llevado a esa zona boscosa.

Al verlos alejarse, e incluso perderlos de vista, se puso a caminar en dirección al Colorado, llegando al mismo bar donde minutos antes había comido, para dar aviso a la Guardia Civil.

Acompañando a los agentes, recorrieron las inmediaciones, localizando su vehículo totalmente vació en la gasolinera. Sólo habían dejado una chaqueta de todo el equipaje que llevaba. Había desaparecido todo, las maletas del muestrario de joyas valoradas entre 180.000 y 240.000 euros, además de una cantidad imprecisa de dinero, su teléfono y la maleta con su ropa.

Esa misma tarde, mientras que volvía a prestar declaración en Conil, una grúa trasladada al cuartel de la Benemérita su vehículo para rastrear prueblas que permitan dar con los atracadores.

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