Provincia de Cádiz

Las hermandades gaditanas alcanzan Bajo de Guía

  • Las filiales de La Línea, Chiclana, San Fernando, Arcos, Rota, Puerto Real y Cádiz comenzaron a cruzar el Guadalquivir en una jornada marcada por el retraso provocado por la avería de una de las siete barcazas preparadas para el cruce

 Las hermandades gaditanas han comenzado hoy el cruce de la desembocadura del río Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda, para adentrarse en el Espacio Natural de Doñana en su camino hacia El Rocío.

El cruce en barcazas de los romeros, sus simpecados, sus carretas, caballos y mulas en la zona del Bajo Guía de Sanlúcar de Barrameda es uno de los momentos más especiales de la peregrinación de las hermandades gaditanas, que, tras este paso, se adentran en el Espacio Natural de Doñana, en su peregrinación hacia Almonte.

En total son once las hermandades gaditanas que cruzarán la desembocadura del Guadalquivir a lo largo de dos días.

Hoy lo han comenzado a hacer las filiales de La Línea de la Concepción, Chiclana de la Frontera, San Fernando, Arcos de la Frontera, Rota, Puerto Real y Cádiz, en una jornada que se ha visto afectada por un gran retraso debido a una avería en una de las siete barcazas preparadas para este cruce.

Mañana será el día más ajetreado para este cruce, ya que lo harán las hermandades más numerosas, las de Sanlúcar de Barrameda y Jerez de la Frontera, además de la de Chipiona.

Tras el cruce, las hermandades pasarán dos noches acampados en Doñana y recorrerán 50 kilómetros de este espacio natural, en un camino en el que atraviesan «marismas, pinares, dunas y cerros» y que es «el más bonito para ir al Rocío», según ha explicado Eusebio Acosta Arcón, hermano mayor de la hermandad de Sanlúcar de Barrameda.

Esta hermandad, la más antigua de las gaditanas, celebra este año su 350 aniversario y tiene previsto cruzar mañana el río con unas 5.000 personas, unos 600 animales y unos 450 coches.

"Este año con la crisis parece que hay menos gente", según cuenta Eusebio Acosta, que señala que el año pasado se unieron un total de 6.000 personas a la peregrinación de esta hermandad.

El camino de ida y vuelta lo completan en una semana durante la que la devoción religiosa se vive desde primera hora de la mañana, cuando las hermandades celebran misas, hasta la noche, cuando rezan el rosario, sin que en ningún momento se pierda el ánimo festivo.

"El rociero tiene el privilegio de rezarle a la virgen cantando", señala el hermano mayor de la hermandad de Sanlúcar de Barrameda.

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