reconocimiento a la solidaridad con los inmigrantes

Dos gestos memorables

  • Barbate acoge hoy un homenaje a Isabel M. Caro, que en 2002 dio de mamar a un bebé que llegó en patera, y a Paqui Gil, multada en 1997 por auxiliar a un inmigrante

Primer gesto. Ocurrió en septiembre de 2002. Un bebé de seis meses que acababa de desembarcar de una patera en la playa de Los Castillejos, en Barbate, lloraba y lloraba. Su madre estaba desfallecida. La hija de una amiga de Isabel María Caro se acercó entonces a esta joven para pedirle un biberón de su hija Blanca, de 18 meses de edad. Isabel se lo dio. Pero pensó que quizá la niña hambrienta que no cesaba de llorar no estaba acostumbrada al biberón. Ni se lo pensó. Se acercó al lugar donde la Cruz Roja atendía a la pequeña y a su madre y se ofreció a darle de mamar. Al poco, la que estaba llorando era ella. "Se hartó. Me cogió los dos pechos. Pobrecita, tenía tanta hambre...".

Segundo gesto. Ocurrió en el verano de 1997. Un inmigrante marroquí de 26 años de edad que acababa de desembarcar de una patera en una playa de Tarifa caminaba por la carretera. Paqui Gil lo vio, observó que no se encontraba bien y le ofreció auxilio. El joven pasó más de un mes en casa de esta vecina de Tarifa. Allí recibió cuidados, alimentos y cariño. Estaba muy asustado. Al cabo, la historia se torció: Paqui fue detenida, esposada y finalmente multada con 250.000 pesetas.

Pro Derechos Humanos reconoce en un acto a quienes practican la solidaridad "de corazón"Salvamento Marítimo y la Cruz Roja también son homenajeados por su ayuda desinteresada

Los dos episodios, esos dos gestos solidarios y memorables, tendrán hoy un reconocimiento en Barbate, cuando se cumplen quince años del protagonizado por Isabel María Caro y veinte del que sacó a Paqui Gil del anonimato y llevó su caso a los medios de comunicación. A las siete de la tarde, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) homenajea en la Lonja Vieja a esas dos mujeres y también a Salvamento Marítimo y a la Cruz Roja. Es un homenaje a la solidaridad, "y a quienes la practican de corazón", con el que colaboran el Ayuntamiento de Barbate y la Diputación Provincial de Cádiz y que contará con la presencia del alcalde de Los Palacios, la localidad sevillana en la que reside Isabel María Caro.

La APDHA denuncia desde hace años, un día sí y otro también, las "terribles situaciones" que viven los inmigrantes que llegan a la costa gaditana, las muertes que provoca en el Estrecho esa tragedia. Pero hoy toca evocar y homenajear a quienes practican la solidaridad. "Porque también es preciso reconocer los actos y la labor de ayuda desinteresada a las personas migrantes", explica una nota difundida ayer por la APDHA, la asociación que preside en Cádiz Rafael Lara.

Isabel María Caro ya recibió un homenaje en 2003, cuando fue nombrada Hija Adoptiva de la Provincia de Cádiz por la Diputación. El que hoy volverá a recordar su gesto con el bebé inmigrante surgió hace unos meses en la mente de Juan Alarcón. Él supo de esa historia, localizó a Isabel, se fue a Los Palacios a conocerla y después habló con Rafael Lara. Los tres acudirán hoy a Barbate y rememorarán lo sucedido hace quince años en la playa de Los Castillejos.

El primer relato sobre aquella historia, que luego difundieron todos los medios de comunicación españoles, lo escribió precisamente en Diario de Cádiz la periodista Taite Cortés. La noticia, curiosamente a sólo dos columnas, iba ilustrada con una fotografía firmada por Manuel Aragón Pina. En la imagen, Isabel María juguetea con el bebé inmigrante, con la pequeña que sostiene en brazos su madre. Aragón Pina inmortalizó ese momento poco después de que la niña, con la ropa empapada, tiritando de frío, saciase su hambre en brazos de una desconocida. En la foto ya viste la pequeña una camiseta y unos calcetines que aportó rauda una mujer de un hotel cercano.

Todos esos detalles y otros se los contó Isabel María a Taite Cortés el 1 de septiembre de 2002. La mujer, casada y con dos hijos, veraneante en el camping Caños de Meca, restaba importancia a lo que había hecho. "Es parte del instinto maternal, nada premeditado. De repente se pasa por tu cabeza el bebé y a la vez tu hija. Es algo que sale de dentro", explicaba. Y matizaba luego: "Es muy bonito, sí... pero dentro de lo que cabe. Porque también vi a otros bebés, a embarazadas con hipotermia...".

Esa conciencia ante la desgracia, esa disposición a ayudar a quien lo necesita en un determinado momento había movido unos pocos años antes a Paqui Gil, la otra mujer que será homenajeada hoy en Barbate. "Incluso a mis cuatro hijos, que dependen de mí, los educo para que ayuden a la gente, para que no se muestren indiferentes ante las necesidades de los demás. Por eso mi familia y mucha gente buena están conmigo", comentaba Paqui en junio de 2000, cuando el TSJA ratificó la multa que le habían impuesto por auxiliar a un inmigrante. No la doblegó esa sanción. Lo dijo con claridad: "Seguiré ayudando a la gente cuando lo necesite".

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