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Provincia de Cádiz

El fiscal pide 25 años para el ubriqueño acusado de envenenar a su esposa

  • La mujer falleció en julio de 2010 en un hospital de Gran Canaria · La Fiscalía sostiene que su marido le suministró talio, un metal pesado que le provocó dolores musculares, pérdida de pelo y vértigo

El fiscal solicita 25 años de prisión por asesinato para Iván Ramírez, un ubriqueño nacido en 1980 a quien acusa de haber envenenado a su esposa con talio hasta acabar con su vida. La mujer, Laura Aróstegui, falleció el 11 de julio de 2010 en el hospital Universitario Insular de Gran Canaria. El matrimonio residía en Telde. Él trabajaba como enfermero en el centro hospitalario en el que murió su esposa; y ella también era enfermera y estaba empleada en el hospital Doctor Negrín. Un jurado juzgará dentro de unos meses al procesado, que permanece en prisión desde pocos días después del fallecimiento.

Además de su trabajo en la Unidad de Medicina Intensiva (UMI), el procesado había estado antes en las unidades de radiología, medicina interna, neurología, cirugía torácica, obstetricia y ginecología, por lo que, según señala el fiscal en su escrito de calificación provisional, tenía amplios conocimientos de los tratamientos y del manejo y de los efectos de los medicamentos que se usaban en esos departamentos hospitalarios.

En julio de 2010, Iván Ramírez llevaba meses agobiado por las deudas y las discusiones frecuentes que mantenía con su esposa, sostiene el fiscal. Entonces, afirma, decidió acabar con su vida. Para ello, agrega, decidió emplear sus conocimientos de medicina para lograr que ni Laura ni los médicos que iban a atenderla se diesen cuenta.

Según la versión de los hechos que maneja el fiscal, el procesado quiso ocultar su acción tras una enfermedad desconocida y rara que supuestamente padecía su esposa. Imposibilitó así todo tipo de defensa, señala, y trató de ese modo de causarle a ella el mayor dolor posible.

El fiscal explica que con la finalidad de disminuir sus defensas, "de modo que se ignora", el acusado le fue suministrando a su esposa talio, un metal pesado cuya ingesta resulta muy dañina para el ser humano. El talio, indica el escrito de acusación, empezó a provocar en la mujer dolores musculares, pérdida de pelo, vértigo y cansancio generalizado que ella atribuía al estrés o a la falta de vitaminas.

El fiscal menciona un episodio de mayo de 2010 en el que, relata, el procesado le suministró a su esposa, sin que ella se diese cuenta, benzodiacepinas, opiáceos e insulina. La mujer sufrió una hipoglucemia, perdió la conciencia, su marido llamó al 112 y fue trasladada al hospital Insular. Trasladada a planta, dice el fiscal, el procesado le dijo al personal de enfermería que él se hacía cargo de atender a su esposa y de la medicación, pero aprovechó la confianza que generaba en sus compañeros para administrarle insulina, lo que provocó un coma hipoglucémico. La mujer se recuperó de ese problema y de otros que surgieron días después. Pero volvía a recaer, de manera que los médicos acabaron por saber que alguien le administraba insulina.

Tras otro ingreso en el hospital, la mujer falleció. La causa, según el fiscal: una poliintoxicación por diferentes sustancias.

El procesado, a quien defiende el abogado sanluqueño José Álvarez, afirma que es inocente, que no es cierto que envenenase a su esposa.

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