Una familia de Algar pide una solución para el transporte de su hijo que padece una discapacidad severa y que ha de desplazarse todos los días hasta el centro de educación especial Pueblos Blancos, en Villamartín. La madre de este joven, de 16 años y que sufre una parálisis cerebral, explica que lleva seis semanas sin poder llevar a su hijo al centro por los problemas surgidos a raíz de compartir el transporte que tienen asignado, en este caso un taxi tipo furgoneta, con otro usuario que sufre también discapacidad. Al parecer, según la versión de la madre afectada, que además ejerce de monitora del transporte, "el otro niño, que va sentado en la tercera línea de asientos, insulta a mi hijo, que viaja sentado en una silla de ruedas en la segunda línea de asientos, llegando hasta darle guantazos" cuando viajan en este vehículo hasta el centro educativo. María Ortiz decidió no llevar a su hijo al colegio hasta que la Junta de Andalucía plantee una solución. Según distintas fuentes, el otro usuario, al que se le asignó este transporte después de Navidad, podría tener una fobia a las sillas de ruedas que explicaría su reacción.

La Delegación de Educación propuso ayer a la familia afectada que incluiría una segunda monitora en el vehículo. Una medida que rechazan, ya que dicen que "no se solucionaría el problema porque ambos niños viajan a menos de 50 centímetros de proximidad". La Junta estudiará la modificación de otra ruta para el afectado.