Objetividad y contundencia. Estos son los elementos que quiere que prevalezcan en el juicio que arranca hoy la familia de Loli Amaya, la joven que murió apuñalada el 14 de febrero de 2008 en la colchonería de Chiclana en la que trabajaba como dependienta. El único acusado del crimen, el chiclanero Juan manuel Jiménez Sánchez, se enfrenta a una pena de 28 años de prisión solicitada por el Ministerio Fiscal.

Pocas horas antes de que se inicie el juicio en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, la familia de Loli Amaya Ramírez ha emitido un comunicado en el que ha mostrado su confianza en que el juicio se desarrolle "con la objetividad y contundecia que se merece", al tiempo que reitera "nuestro absoluto compromiso con el sistema democrático y de derecho, del que la Justicia es su legítima protección".

En un sentido comunicado en el que agradecen el apoyo de todas las personas que han estado a su lado estos dos largos años y el respeto con el que han sido tratados por los medios de comunicación, los familiares de Loli Amaya explican que afrontarán el proceso judicial que se inicia hoy "unidos frente al delito, sin el menor deseo de venganza pero sí de justicia, derecho que legítimamente nos asiste". Y explican que el 14 de febrero de 2008 "nuestra familia sufrió el más duro golpe que hasta ahora hemos tenido que afrontar; desde entonces ninguno de sus miembros ha conseguido normalizar su vida. Quien asesinó a Loli mató a una mujer llena de ilusiones, de proyectos y de futuro. Con su muerte nos mataron a todos y que se haga justicia a su memoria será un paso importante hacia la recuperación de la armonía familiar".

El juicio será sin jurado y ante un tribunal de tres magistrados. La vista oral está previsto que acabe el miércoles.