El rastro de la Semana Santa sigue patente en las principales calles del centro de la localidad. La cera, uno de las huellas más significativas del paso de las procesiones, no se ha eliminado aún y tampoco hay ningún dispositivo especial de limpieza para retirarlo, como ya ocurrió el pasado año. "Son cuestiones principalmente económicas", según argumentan fuentes municipales. Por el momento, la única indicación que han recibido los operarios es que máquinas, como la fregadora, se pasen con mayor intensidad por las zonas más afectadas.
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