Provincia de Cádiz

La conciencia purificadora del agua

  • Numerosos ciudadanos participan en las visitas a la depuradora de Cádiz y La Isla, donde conocen el tratamiento al que se someten las aguas residuales antes de ser vertidas al mar

La monitora explica el tratamiento secundario a uno de los grupos que visitaron la depuradora.

La monitora explica el tratamiento secundario a uno de los grupos que visitaron la depuradora. / román ríos

Colegios, institutos, la universidad o asociaciones vecinales son los visitantes habituales de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Cádiz y San Fernando, que ayer abrió sus puertas para recibir a los ciudadanos que a título individual estaban interesados en conocer el funcionamiento de unas instalaciones donde se tratan estas aguas para limpiarla y echarlas al mar. Era el Día Mundial del Agua y los responsables se habían sumado a la propuesta de la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento de dar a conocer el laborioso trabajo que en este tipo de plantas se desarrolla.

Personas de todas las edades componían los grupos que llegaron durante la mañana en autobús procedentes tanto de Cádiz como de San Fernando para hacer el recorrido por el complejo. Niños, adultos y personas mayores se mostraron atentos a las explicaciones de una monitora, María Auxiliadora Burgos, que primero les hizo una aproximación dentro del edificio central y luego fue mostrándoles los tanques y estructuras donde se realiza el proceso depurador que comienza con un pretratamiento de las aguas residuales. "Primero se hace un desbaste, con rejas y tamices para cribar los elementos sólidos gruesos y finos", comenzaba. Paños, papeles, productos de higiene íntima... se quedan en este paso, no así los bastoncillos. "No hay que tirar nada, ni las toallitas higiénicas; ni las bolas de pelo que hacemos después de peinarnos, que después es muy complicado de eliminar", advertía. No en vano, uno de los objetivos de este tipo de visita es concienciar a los ciudadanos, desde los más pequeños a los mayores, de la necesidad de ser más responsable en el uso del agua que hace la sociedad.

El desarenado y el desengrasado de las aguas forman parte de esta primera fase; tras ella sigue lo que denominan tratamiento primario, en el que se decanta el agua para separar las partículas sólidas más pequeñas que se redirigen, junto a la parte cribada al principio, a un tratamiento específico.

El procedimiento continúa con un tratamiento secundario: una depuración biológica con un cultivo de microorganismos con oxígeno para separar la materia orgánica del agua. "En ella los microorganismos metabolizan los contaminantes, la materia orgánica", detallaba Javier Iniesta, jefe de planta de la EDAR Cádiz-San Fernando. Y precisamente son esos microorganismos los que pueden separarse del agua en la consiguiente decantación donde se crean nuevos lodos. Tanto estos como los fangos primarios se someten a tratamientos (biológicos, sin oxígeno y a altas temperaturas) que permiten por una parte producir lodos que son aptos como fertilizante para su aplicación agrícola; y por otra biogás. Ese metano se usa en parte en las instalaciones y el resto es quemado en una antorcha. Por su parte, el agua ya limpia se expulsa al mar, en una zona entre Torregorda y El Chato, a través de un emisario subterráneo, siempre bajo un control del laboratorio constante.

"En la planta forzamos el proceso natural del agua", añadía a sus explicaciones Iniesta, que destaca el trabajo que en la planta se realiza, 365 días, las 24 horas. Son en total 20 trabajadores, y siempre hay al menos dos de guardia.

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