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Sucesos

Un acusado por un ciberacoso en 2008 es detenido en Puerto Real por un nuevo caso

  • La Policía interviene 2.000 archivos pedófilos en su casa tras una denuncia en Zaragoza. El arrestado tiene pendiente un juicio aplazado en 2013.

Se hacía llamar Sara, decía tener 14 años, y pedía fotos de contenido sexual a otros menores con los que contactaba, en internet, utilizando plataformas de juegos online. Ayer se conoció que Sara no era una chica ni tenía 14 años. En realidad se llama Benjamín, tiene unos 30 años, vive en Puerto Real y ha sido detenido acusado de un delito de corrupción de menores. Este caso, que ayer dio a conocer la Policía Nacional, es llamativo por dos motivos. El primero, que Benjamín C.S. ya fue arrestado por hechos muy similares en 2008. El segundo, que, para sorpresa de muchos, permanecía en libertad desde 2010 y pendiente de que se celebrara el juicio por su primer arresto desde junio de 2013.

Entre los hechos ocurridos hace más de ocho años y los conocidos ahora hay algunas diferencias. Entonces, las víctimas de Benjamín eran casi en su totalidad de nacionalidad estonia. Hasta tal punto era agresivo que una de las menores a las que acosó acabó suicidándose por las presiones y amenazas que recibió para que continuara enviándole material pornográfico. Ahora, el arresto (que se produjo en plena calle en Puerto Real por parte de los agentes de Policía desplazados desde Madrid), tenía como base la orden que llegaba de un Juzgado de Zaragoza, por la denuncia puesta, de momento, por los padres de tres menores. Uno de esos padres descubrió que su hijo, menor de edad, intercambiaba fotografías íntimas con una supuesta chica, también menor. Era Sara.

Ayer, la Policía explicó que a este ciberacosador reincidente se le han intervenido más de 2.000 archivos pedófilos en un almacén virtual. Tras la denuncia, la Policía inició a finales de septiembre del 2016 la investigación. Localizaron e identificaron a otras seis de sus víctimas menores, tres de ellos residentes en Zaragoza y el resto en distintas localidades españolas. Pero estiman que probablemente sus víctimas son más de 30 menores, "debido a la intensa actividad" del ciberacosador, dijo ayer la Policía. Para captar a los menores, el ciberacosador utilizaba los videojuegos de su consola, que usaba con distintos perfiles para hacerse pasar por la chica de 14 años.

"Se valía de técnicas de ingeniería social para captar a sus víctimas y lograr que confiaran en él", explicó ayer la Policía. Tras captar a sus víctimas continuaba la relación con ellos en los canales de mensajería instantánea o las redes sociales para que le enviasen "fotografías y vídeos de carácter sexual, enviando él también imágenes del mismo tipo". Una vez identificado, y tras obtener "evidencias digitales" que demostraban su implicación en el ciberacoso, los agentes lo detuvieron el pasado martes tras lo cual ha ingresado ya en prisión acusado de un delito de corrupción de menores y otro de tenencia y distribución de pornografía infantil.

Pero lo peor del caso es que este "ni-ni, ni estudia ni trabaja" como lo definió una fuente policial, tenía antecedentes muy graves. En 2008 las autoridades de Estonia solicitaron su arresto a España, después de que un menor de este país se suicidara. Tras su detención, el Juzgado de Instrucción número 2 de Puerto Real decretó el 16 de octubre de 2009 su ingreso en prisión provisional. El juzgado le dejó en libertad el 7 de diciembre de 2010, pero continuó la instrucción de la causa abierta contra él, unas diligencias que finalizaron en noviembre de 2011. En un auto el juez acordó entonces que fuera juzgado por 48 delitos de utilización de menores para elaborar material pornográfico, 13 delitos de coacciones, dos de abusos sexuales, cuatro de injurias graves, y dos de injurias grave con publicidad.

El juicio fue fijado para junio de 2013, pero tuvo que ser suspendido por las dificultades a la hora de tramitar comisiones rogatorias para localizar a más de 40 testigos en Estonia para que declararan por videoconferencia. "Desde julio de 2013, el Juzgado de lo Penal 3 de Cádiz ha solicitado en más de cinco ocasiones a las autoridades de Estonia y a la Interpol su auxilio para localizar a los testigos, con el fin de poder convocar de nuevo el juicio, sin que hasta el momento se haya obtenido respuesta. Las últimas han sido en diciembre de 2015, abril de 2016 y noviembre de 2016", explicó ayer el TSJA.

Mientras esperaba este juicio, el ciberacosador ha seguido haciendo lo mismo desde su domicilio, aunque esta vez las víctimas, hasta ahora, son menores españoles.

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