SECTOR NAVAL

Tiempos modernos, otra vez

  • El dique de Puerto Real está llamado a ser "un referente en la impresión 3D"

  • El nuevo Astillero 4.0 también prevé modernizar el astillero de Ferrol con el dique seco cubierto

Tiempos modernos, otra vez

Tiempos modernos, otra vez

Quizás no les toque a los que hoy tienen casi 60 años. Es probable que a muchos, como al presidente del comité de empresa del astillero de Navantia en Puerto Real, Antonio Noria, no les dé tiempo a comprobar la llegada de la nueva revolución industrial a los diques. Pero sí será algo con lo que tendrán que lidiar, si todo va bien, las futuras generaciones de trabajadores de astilleros.

Porque si algo tiene claro hoy Navantia es que, para ser competitiva a medio plazo, todas las factorías del país tendrán que pasar por el tamiz de su plan industrial, el ya famoso Astillero 4.0. Claro que ese plan no se aplicará por igual en todas partes. Aquí en el sur la clave será la robotización, la llegada de nuevas máquinas que deberán ser manejadas por operarios que tendrán que recibir la formación adecuada. Allá en el norte, el futuro 4.0 tiene otras prioridades.

Por ejemplo en Ferrol. Ese astillero ha estado en el ojo del huracán mediático, político y sindical en el último mes. Todo comenzó cuando se supo que Navantia desviaba al dique gallego una parte del segundo petrolero que debe construir Puerto Real. Después se complicó cuando el presidente de los empresarios gaditanos, Javier Sánchez Rojas, tras realizar una encendida defensa de las contratas del sector en la Bahía, habló de un proyecto para construir un mega astillero en Ferrol con una inversión multimillonaria.

Poco a poco se ha ido conociendo que los planes del Astillero 4.0 que pretende Navantia incluyen una mejora del dique ferrolano. Se trata de la construcción de un dique seco cubierto de unos 350 metros lineales en el que se podrán hacer barcos de una sola vez. También implicará el traslado de los talleres anexos que serán necesarios para los trabajos que allí se realicen. Esta situación hizo que en la Bahía de Cádiz saltase la alarma: un dique seco cubierto de 350 metros le hará la competencia a Puerto Real, que tiene 500.

Pero no todo está tan claro. La construcción de ese dique seco en el astillero gallego, de momento, tan sólo está en los papeles. Que se sepa, no existe ni anteproyecto. Es cierto que en su desarrollo se ha implicado la Xunta de Galicia y la Universidad gallega. Hace pocos días hubo incluso unas jornadas dedicadas especialmente a explicar esta iniciativa.

De hacerse, está por ver que la financiación salga de la empresa pública, lastrada por unas pérdidas que ya el ejercicio pasado fueron históricas y que este año, hasta septiembre, podrían haber superado los 100 millones de euros. Más bien, de llevarse a cabo, tendría que recurrirse a financiación llegada de fondos europeos, estatales e incluso autonómicos.

Pero, ¿sería una competencia para Puerto Real? Hay que entender dos cosas. Una, que en Galicia se lleva hablando de este dique desde hace más de un año con total normalidad. Simplemente es algo que Ferrol necesita, no para competir con un a factoría de la misma empresa, sino para poder subsistir. Este astillero no tiene dique, trabaja sobre gradas, lo que le hace perder competitividad. La segunda cuestión es que se quiere ligar la construcción de esta infraestructura al programa de las fragatas F-110 para la Armada española, algo que no tendría cabida en Puerto Real.

Hasta los trabajadores gaditanos, en boca del propio Antonio Noria, han insistido más de una vez en que no van a caer en la provocación de hacer creer que existe una guerra norte-sur. Porque, ciertamente, no existe. El problema es que la falta de faena en ambas zonas hace que algo que históricamente se ha venido haciendo en todos los astilleros como es el traslado de trabajo de una factoría a otra, se vea como un menosprecio al dique que se queda sin ella.

La realidad es que la modernización de los astilleros, el futuro, pasa en Ferrol por ese dique al igual que en Puerto Real pasa por la llegada de máquinas de última generación. Es más, la propia Navantia prevé que el astillero puertorrealeño pueda llegar a convertirse en referente nacional en impresión 3D. Sí, 3D. Pero no sólo esto. La dirección de la empresa pública prevé que Puerto Real sea el centro con mayores posibilidades de avanzar más rápidamente en la digitalización, automatización y robótica. Aunque, claro está, de momento sólo son ideas que se están estudiando en coordinación con la Universidad y las empresas. Y Navantia, en este punto, parece tener muchas esperanzas puestas en una iniciativa como el Centro de Innovación en Tecnologías Avanzadas naval y aeronáutica de Andalucía, conocido como CFA.

En definitiva, el Astillero 4.0 es para Navantia el proyecto de innovación más ambicioso que pretende llevar a cabo en las últimas décadas. El astillero se convertirá en un lugar de máquinas y robots inteligentes operados por personal adiestrado a través de nuevos procesos de formación e, incluso, se prevén nuevos modelos de negocio que hagan posible el desarrollo de procesos y buques inteligentes.

El problema es que esta revolución industrial necesitará, obligatoriamente, de nuevo personal. Es una de las luchas que los tres comités gaditanos manejan desde hace años. El astillero del futuro no puede, no debe, estar en manos de operarios con casi 60 año. No por falta de capacidad, sino porque esas generaciones ya lucharon por su propia revolución industrial. Ahora les tocará a otros.

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