navidad | reclamo turístico

La Sierra arma su singular belén

  • Cinco localidades de la comarca se sumaron a las recreaciones de los belenes vivientes que movilizan a vecinos y visitantes

  • El descenso de las temperaturas fue la tónica general

Pasadas las cinco y cuarto de la tarde, la calle Corredera, en Arcos, era ayer un hervidero de gente. La arteria que comunica con el conjunto monumental ya presagiaba las ganas que el respetable tenía de disfrutar de este belén pionero en la comarca por ser el primero que se levantó por un grupo de vecinos hace ya 30 años, y que hoy en día está considerado de interés turístico. Y todo a pesar de las gélidas temperaturas que invitaban a quedarse en casa bajo la manta. Pero, un año más el pistoletazo de salida en el que se han convertido estas recreaciones para disfrutar de los primeros compases de la Navidad estaba a la mano. Nada menos que cinco localidades en la Sierra se convirtieron en gigantescos portales de belén donde no faltó un detalle. Sus calles retrocedieron en el tiempo dos milenios para recordar el Nacimiento del Mesías.

Estos eventos son todo un acontecimiento navideño, que se han convertido ya en un consolidado atractivo turístico en la zona. Arcos, Espera, Villamartín, El Gastor y Benamahoma se rindieron a este espectáculo navideño que moviliza a cientos de personas que se convierten por un día en figurantes.

El de Arcos, el más longevo de todos, lleva más de 30 años celebrándose

El más mañanero fue el de Espera, que cada año sorprende por su belleza y por el inigualable entorno en el que se desarrolla a las faldas del castillo de Fatetar. Como todos los años, sus vecinos se entregaron a una cuidada puesta en escena, donde no faltaron el agasajo con viandas a los paseantes que fueron a verlo.

Otra cita indiscutible es la El Gastor con una gran participación de los vecinos. Su belén ha ido creciendo en los últimos años y aumentando muy considerablemente el número de visitas.

También, los vecinos de Villamartín celebraron su singular belén que se distribuye alrededor de la iglesia parroquial y la barriada El Coto. Al igual que los de Benamahoma, con su inigualable marco urbano a los pies del parque natural de Grazalema, que le confiere gran belleza. Para hoy son el de Bornos y El Bosque.

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