En todas las elecciones sólo hay ganadores, sin ningún derrotado. Y eso puede extenderse igualmente a unas primarias socialistas, al menos en la provincia de Cádiz. Unos, los pedristas, ganaron en el conjunto del país de manera sorpresiva y holgada y ayer se erigieron en las "voces autorizadas" de la militancia para anunciar que se avecinan cambios en el partido que pueden llegar incluso al territorio gaditano. Y los otros, los susanistas, se lamían sus heridas con el escrutinio de una victoria -también indiscutible- que consiguieron el domingo en la provincia. Y unos y otros apelaban ayer en público a la necesidad de unión y concordia en el partido, aunque en el fondo ambas facciones socialistas reconocen que ahora toca rearmarse de cara a las nuevas batallas que quedan por venir y que no van a ser pocas.

En el PSOE de Cádiz nadie enterró ayer el hacha de guerra. Ni siquiera se quitaron de sus rostros unas pintura de guerra que son indelebles, porque tienen que durar mucho tiempo. Y es después del Waterloosusanista del pasado domingo, a la guerra socialista le quedan muchas batallas. La siguiente será el próximo sábado día 27, cuando en el congresillo que se celebrará en Rota se elegirá a los 27 delegados que representarán a la provincia de Cádiz en el congreso federal del 17 y 18 de junio del que emanará la nueva dirección del partido. Y esas batallas internas continuarán con los congresos regional (en julio) y provincial (posiblemente en octubre) antes de concluir a finales de este año con los cónclaves locales de los que saldrán los nuevos líderes del partido en cada localidad gaditana. Será entonces cuando en un bando y en otro se podrá hacer un recuento de bajas.

Desde la misma noche del domingo, cuando se conoció el escrutinio de las primarias, en los círculos socialistas se planteaba la pregunta de si Pedro Sánchez y los suyos se conformarán con su victoria sobre Susana Díaz o si por el contrario querrán más y presentarán alternativas primero en el congreso regional de julio y luego en el provincial a celebrar tras el verano. Y ayer los propios pedristas gaditanos despejaban las dudas reconociendo en privado que van a por todas.

Y es que no son pocos los socialistas pertrechados en este bando que tienen ganas de venganza después de lo sucedido sobre todo en el famoso comité federal de octubre en el que su líder fue derrocado. Son ellos los que ayer filtraron por ejemplo el nombre de la ex ministra Bibiana Aído como una hipotética alternativa a Susana Díaz de cara a la secretaría general del PSOE de Andalucía, y son también los mismos que insisten en proponer el nombre de José María Román, actual alcalde de Chiclana y el cargo público de más relevancia de la provincia que se alineó junto a Pedro Sánchez, como candidato tanto para secretario provincial del partido como incluso para presidir la Diputación de Cádiz.

Desde este bando, como se ve, hay munición de sobra para estas nuevas batallas, aunque todo dependerá evidentemente de la orden que dictamine el nuevo secretario general, que puede decretar o bien un ataque desmedido o bien una retirada a tiempo -de Andalucía y por extensión de la provincia- una vez que asuma todos los poderes tras el congreso federal de junio en Madrid.

Pero los del bando contrario no son mancos. Están aturdidos -mucho- después del batacazo del domingo, pero consideran que están legitimados, a la vista del escrutinio andaluz y provincial, para defender su territorio. De ahí por ejemplo que la dirección regional del partido anunciara ayer, como primer principio de autodefensa, el adelanto al mes de julio del congreso regional.

Los susanistas, que en la provincia de Cádiz copan aproximadamente el 90% de las alcaldías, de otros cargos públicos y de los puestos de la ejecutiva provincial, estaban ayer desconcertados, tristes, pero en pie. Confían en que en Ferraz y en San Telmo ondee desde ya la bandera blanca, aunque si no es así prometen plantar cara. Proponen algo así como "tú Pedro a Madrid, y Susana se queda en Sevilla", aunque esperarán a los próximos acontecimientos. "Queremos paz y desde ayer nos ponemos detrás de nuestro secretario general. Pero si Pedro Sánchez quiere guerra en Andalucía y en la provincia de Cádiz, la tendrá, y esta vez jugaremos en casa", decía ayer un oficialista con muchas décadas de militancia en el partido y que atesora infinidad de alegrías y de sinsabores como socialista.

Los miembros de la dirección del PSOE de Cádiz confiaban evidentemente en que Susana Díaz obtuviera muchos más apoyos en el conjunto del país. Sin embargo, se sienten satisfechos son el resultado final logrado en la provincia de Cádiz donde, afirman, el escrutinio terminó asemejándose tanto a lo que ellos mismos esperaban como a los avales cosechados previamente en cada agrupación por cada una de las tres candidaturas que concurrieron a estas primarias, aunque en este punto cabe recordar que la propia dirección del partido se negó a anunciar en su día el número de avales obtenidos en cada provincia.

Finalmente la opción de Susana Díaz superó a la Pedro Sánchez en la provincia por una diferencia de 671 votos, es decir, un margen cómodo pero no aplastante. De esta manera la opción de la presidenta de la Junta de Andalucía sumó 2.318 papeletas (cerca del 55% de los votos válidos emitidos), mientras que la del ex secretario general ahora reelegido terminó contabilizando 1.647 sufragios o, lo que es lo mismo, casi el 39% de los votos totales. La tercera opción, la de Patxi López, tuvo que conformarse con unos escasos 234 votos (el 5,5% del global). El escrutinio provincial también registró 27 votos en blanco y tres nulos.

Por localidades, o mejor dicho por agrupaciones en las que el domingo se habilitó una urna, la opción de Susana Díaz se alzó como triunfadora en 35 de las 46 sedes, destacando varios triunfos claros como por ejemplo los de Algeciras, Sanlúcar, San Roque o Medina Sidonia. La candidatura de Pedro Sánchez ganó con mucha claridad en la agrupación de Cádiz capital, además de en otras como Chiclana, La Línea, Vejer o Alcalá de los Gazules. Hay que precisar que aquellas agrupaciones que cuentan con menos de diez militantes eran derivadas a votar a otros municipios. Por ejemplo, los socialistas de Grazalema tuvieron que votar en Villaluenga y los de Puerto Serrano, en Villamartín.

La candidatura de Patxi López no logró ganar en ningún municipio, y los susanistas entienden que esta tercera opción -vinculada al pizarrismo- terminó siendo clave para derivar votos inesperados de última hora a favor de Pedro Sánchez, y ponen como ejemplo el caso de Algeciras.