La playa de El Palmar, en Vejer, ha recuperado este verano la normalidad después de la caótica temporada de 2007, cuando la concentración masiva de jóvenes en el núcleo rural provocó problemas de seguridad, tráfico e higiene ante la indignación de los vecinos y la impotencia del Ayuntamiento.

El alcalde del municipio, el socialista Antonio Verdú, tiene claro que el cambio ha estado motivado por la prohibición municipal de instalar chiringuitos en la arena palmareña. "Después de los problemas del año pasado había que reconducir la situación, y es lo que hemos hecho al no conceder licencias para la instalación de los chiringuitos, que eran el núcleo de las situaciones que se vivían durante los últimos años. La decisión ha sido consensuada con los vecinos y comerciantes de la zona, y los resultados saltan este verano a la vista", apostilla el alcalde.

El Palmar se mantiene esta temporada como una de las más visitadas de Cádiz por todo tipo de público pero "con más calidad, con más tranquilidad y, sobre todo, con una convivencia saludable", defiende Verdú, que recuerda que el Ayuntamiento ha dejado de ingresar alrededor de 120.000 euros por la revocación de las licencias playeras. "Hemos recibido muchas presiones y amenazas por esta decisión, pero dijimos que no había vuelta atrás, y no la ha habido", añade Verdú.

"Ha sido un acierto rotundo para todos y los vecinos están encantados", corrobora Luis Alférez, de la asociación de vecinos Santo Domingo de La Calzada (500 asociados). "Los comercios han vuelto a la normalidad, la playa vuelve a estar llena de día, y no de noche, como ha ocurrido siempre. Algunas noches vienen algunos chavales pero cuando ven que ya no hay movida se marchan", apunta Alférez.

En el centro de la polémica ahora superada se sitúa el chiringuito Aborígena, uno de los locales más conocidos de la provincia en el resto del país, que, debido a su fama, el año pasado originó concentraciones multitudinarias nocturnas que colapsaron la pedanía rural. Los vecinos denunciaron que el chiringuito atraía a más de dos mil personas cada atardecer y se convertía en punto de reunión para la celebración de botellones y fiestas, que derivaban en problemas de tráfico, de limpieza, de respeto al medio ambiente y de seguridad en la zona. La denuncia estuvo respaldada por documentos gráficos realizados por los propios vecinos y por una recogida de firmas.

Las protestas se formalizaron ante el Ayuntamiento y la Subdelegación del Gobierno en Cádiz y, justo al final del verano, se organizaron dispositivos contra el botellón en las inmediaciones del chiringuito. Los dueños del negocio se desvincularon de la celebración de las fiestas ilegales y defendieron que el Aborígena es un espacio "con una oferta cultural y musical para un público responsable". Tras la pérdida de la licencia municipal, los responsables del Aborígena se han trasladado a Los Lances, en Tarifa, donde el chiringuito opera asociado con el antiguo Serengueti y ha recuperado la normalidad de sus primeros años en El Palmar, antes de que muriera de éxito.

Pero la rutina de tranquilidad de este año se verá alterada en la tarde del próximo jueves. La bebida 'Limón & Nada', de Coca-Cola, prepara su particular "homenaje al sol" en la playa vejeriega, con una "multitudinaria quedada" que tendrá lugar a partir de las 19:00 horas. Según informaron desde 'Limón & Nada' contará con música en directo, malabaristas y otras actividades.