Provincia de Cádiz

"Huertoterapia" en Santa Rosalía

  • Una vieja finca situada en el Meadero de la Reina se reinventa con pequeños huertos de ocio en alquiler Agricultura de autoconsumo "que sabe a campo"

Eran casi 50.000 metros de terreno baldío que se encontraban en barbecho. Ahora, dos años después de que su propietario plantase su idea, ha madurado y empieza a dar sus frutos. Así nació el pasado marzo "Santa Rosalía Huertos de Ocio", la apuesta del empresario puertorrealeño, Ángel Corona, por dar utilidad a sus tierras. Llevaba tiempo con la idea de crear un espacio de estas características que no existía en la zona. Un lugar destinado a un público concreto, pero reconoce que se equivocó. "Creí que sería el espacio ideal para muchos prejubilados de la bahía que buscan una ocupación en su tiempo libre, pero mi sorpresa ha sido que la mayoría de hortelanos son gente joven", explicaba Corona. Es el caso de Víctor Márquez, un pintor isleño de 36 años, que ha podido continuar con la tradición familiar sin verse obligado a comprar un terreno. "En mi casa siempre hemos sido gente del campo pero no podíamos costearnos una finca. Ahora podemos sembrar de todo y estamos muy contentos, esto es huertoterapia en todos sus sentidos", reconocía el isleño. Un caso similar es el de María del Carmen Galán, vecina del Río San Pedro, Puerto Real. Una administrativa de 38 años que dedica casi todas las tardes a su huerto. Era la primera vez que probaba una experiencia como esta y también reconoce que además de disfrutar de los productos que obtiene, la experiencia es una terapia perfecta para desconectar del estrés diario. Lo hace, además, en compañía de su marido, su hija, y otros familiares con los que trabaja para sacar lo mejor de la tierra. "Hemos plantado pimientos, cebollas, melones, tomates… Aquí sacamos de todo", aseguraba Carmen. Esta nueva hortelana no tenía ninguna noción de agricultura pero pronto descubrió que tampoco era necesaria. Sin pretenderlo, la convivencia de los vecinos de huerto hace que este espacio sirva como lugar de encuentros en el que intercambiar los secretos y consejos de la siembra y recolección. "Si tengo algunas semillas que me han funcionado bien se las dio a otro compañero, o nos damos a probar lo que cada uno sacamos, esto es lo mejor de esta comunidad, el buen ambiente que vivimos", relataba Víctor Márquez. Tampoco hay que hacer ninguna inversión en herramientas porque estas van incluida en el precio del alquiler. El empresario explica que cada hortelano dispone de un huerto de 80 metros cuadrados con suministro de agua, las herramientas necesarias para trabajar y una "casetilla" para poder cambiarse o guardar lo que desee. "Le damos una llave a cada uno para que vengan cuando quieran, los siete días de la semana, desde que sale el Sol, hasta que se pone". El terreno, además, se entrega totalmente arado, abonado y preparado para empezar a sembrar. Aunque no es una norma del huerto, ninguno de sus usuarios usa productos químicos, de tal forma que se ha convertido en un espacio totalmente ecológico. "La primera vez que probamos los tomates que habían nacido en nuestro huerto nos dimos cuenta del verdadero sabor que tienen, no es comparable con los que podemos comprar en el mercado", explicaba Carmen Galán. Las dimensiones del huerto y el tiempo que los hortelanos dedican a este espacio hace que el producto que se obtenga sea exclusivamente para el autoconsumo de los arrendatarios. "La familia y las vecinas están encantadas conmigo, siempre me preguntan que es lo que voy sembrando y sobre todo recogiendo", contaba Carmen entre risas. Actualmente son 17 los huertos de ocio que componen la finca, aunque debido a la gran aceptación que esta teniendo, Ángel Corona se plantea ampliarlos hasta duplicar el numero de espacios destinados al cultivo. Una idea que, de momento, funciona. Y es que como el propio Corona asegura, "quien siembra, recoge".

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