Eduardo Vázquez Romero, nacido en 1973, aceptó ayer en la Audiencia cuatro años y seis meses de prisión por haber violado a una joven en la urbanización portuense de Valdelagrana el 21 de julio de 2004. La fiscal acudió al juicio con una petición de 16 años de cárcel por dos delitos de agresión sexual pero hubo un pacto con la defensa del procesado y una sentencia de conformidad dejará la pena en 11 años y 6 meses menos que la solicitada inicialmente.

El acuerdo, ante el que la familia de la víctima reaccionó indignada, incluyó la desaparición de uno de los delitos de agresión sexual (la calificación inicial pedía 8 años por cada delito) y la aplicación de dos atenuantes: una de reparación del daño y otra de dilaciones indebidas.

La atenuante de reparación del daño responde a los 36.000 euros que la defensa del procesado consignó antes del juicio para abonar con ellos la indemnización que recibirá la víctima del delito.

La atenuante de dilaciones indebidas responde al retraso injustificado en la tramitación de la causa. Retraso injustificado que quizá explique la resolución que redactará el tribunal pero que en principio resulta extraño en un caso como éste: los hechos se produjeron hace más de seis años pero el procesado no fue detenido hasta mayo de 2009. El propio escrito de calificación de la Fiscalía explica que la causa permaneció sobreseída (esto es, archivada) entre enero de 2006 y marzo de 2009, fecha en la que el caso fue reabierto porque la Policía descubrió que las muestras biológicas del agresor halladas en el cuerpo de la víctima correspondían con las de Eduardo Vázquez Romero.

El procesado violó a la joven tras abordarla cuando ella iba en su ciclomotor por la zona del campo de fútbol de El Cuvillo camino del trabajo. El acusado la obligó a hacerle una felación y después la penetró, todo ello tras amenazarla con una piedra.

Natural de El Puerto, casado y con un hijo, al procesado le constan antecedentes policiales por robo y tráfico de drogas. Por eso fue recogida una muestra suya de ADN, ya que se le toma a todos los detenidos por distintos delitos.

Cuando el año pasado la Policía supo que él había sido el autor de la violación, el procesado se encontraba trabajando en Londres. En mayo regresó a El Puerto y la Policía lo estaba esperando. El juez lo envió entonces a prisión y ayer compareció en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz para ser juzgado.

No fue necesario celebrar el juicio ya que hubo pacto entre la Fiscalía y la defensa. La Policía llevó al procesado a la sala de vistas, el presidente del tribunal le informó sobre el contenido del acuerdo, él dio su conformidad y los agentes se lo llevaron de nuevo camino del calabozo. La víctima de la violación, que se encontraba en el pasillo junto con unos familiares, sufrió un ataque de nervios al ver al procesado, tanto cuando llegó a la sala como cuando la abandonó. Fue entonces, tras esa breve vista, cuando los familiares de la víctima se enteraron de lo que había sucedido: de que la condena se quedaba en cuatro años y medio de prisión.

Se enteraron porque le preguntaron a la agente judicial y ésta les explicó que habría una sentencia de conformidad. Los familiares reaccionaron con indignación, no daban crédito a lo ocurrido. "¿Como va a ser eso si pedían 16 años?", preguntaban. Ningún responsable les respondía. La fiscal que acudió al juicio no habló con ellos ni para consultarles ni para informarles nada sobre el acuerdo. Estaban allí en el pasillo con su indignación y nadie les explicaba nada. Nadie daba la cara. Sólo la agente judicial, agobiada, contestaba a sus preguntas.