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sector naval

Excelencia dentro y fuera del crucero

  • Más de 3.000 personas de 60 nacionalidades distintas trabajan sin descanso a pocas semanas de entregar el 'Mariner of the Seas' completamente renovado

No por el hecho de ser habitual deja de tener importancia. Que un crucero de la Royal Caribbean repare en el astillero de Navantia en Cádiz cada cierto tiempo no le resta mérito a la realidad de que una de las principales compañías cruceristas de todo el mundo haya hecho del dique gaditano su base de reparaciones. Estos días (llegó a principios de mes y se irá el 11 de junio) le toca al Mariner of the Sea.

Este 'marinero', ahora en tierra, ofrece su cara menos atractiva para el crucerista. Todo está levantado, todo en proceso de cambio por dentro y por fuera. Un trabajo incesante que tendrá como consecuencia una nueva cara, la mejor, para su nueva andadura por las rutas habituales. Ayer, durante la visita a bordo del crucero, alrededor de 2.200 trabajadores de distintas empresas contratadas por el armador y que ya venían trabajando en el interior del buque desde que salió de Barcelona. Por parte de Navantia, unos 800 trabajadores de plantilla e industria auxiliar.

Que la Royal repita en Cádiz es buena señal y ya hay varios buques más previstos"Amamos Cádiz. En cuanto se acaba el trabajo, los tripulantes se recorren la ciudad"

La coordinación es la clave, y funciona. Tiene mérito cuando estamos hablando de 60 nacionalidades distintas dentro de un mismo barco. Lo cuenta José Luis Gallardo, proyect manager de Navantia en el Mariner. "Desde Navantia hacemos todos los trabajos logísticos, toda la parte marítima y mecánica: hélices, azipots, estabilizadores, el recorrido y mantenimiento de esos equipos; estamos montando unas extensiones nuevas en la cubierta 4, hemos montado toda la estructura de bloques nuevos que lleva la proa del barco y asistiendo logísticamente a todas las empresas que trabajan con la Royal".

Sobre el hecho, real, de que la parte de trabajo de Navantia suponga tan sólo entre un 15 y un 20% del total que requiere el buque, Gallardo explica que "tenemos una parte de trabajo que es nuestra, que es la parte de dentro del dique, y varios trabajos en la zona alta, más de estructura. Ellos tienen contratistas que hacen su trabajo, gente muy especializada y nosotros los ayudamos o le damos los servicios que necesiten". Por ejemplo, son los responsables de que todo vaya bien con los más de 700 contenedores de material nuevo para el barco. Lo fundamental, añade, es "que la Royal Caribbean repita es buena señal, es un buen cliente para nosotros y hay previstos varios barcos más para los próximos años y aquí estamos para cumplir con los requerimientos. Tenemos gente de plantilla que trabajamos aquí y nos apoyamos en la industria auxiliar y no tenemos problema".

Santiago Scarone, uruguayo, es el director de hotel del Mariner. Admite que están encantados con Cádiz. "Llevamos 10 días por suerte en Cádiz. Amamos estar en Cádiz, esta es una ciudad que nos encanta. Los tripulantes en cuanto acaban de trabajar salen por la ciudad". Sobre la reforma, explica que "es una gran reforma del barco en la que se está invirtiendo mucho dinero y siempre se espera el retorno". Cuando termine la obra en la capital, el buque realizará una parada de un día en Freeport (Bahamas); de allí, a Miami "donde tenemos que hacer varias pruebas al barco y tenemos un crucero de una sola noche con los empleados de la oficina corporativa de la compañía en Miami, los invitamos una noche con un acompañante y nos ayudan a probar el barco. Eso será el 24 de junio y el 25 ya empezamos con pasajeros, cuatro días de crucero desde Miami".

Los trabajos más destacados están en la última cubierta. Allí se instalará la nueva atracción estrella del crucero: trampolines de realidad virtual. Pero, además, se han añadido juegos para niños, además de renovar casi toda la cubierta. Habrá dos restaurantes nuevos, y 117 camarotes totalmente reformados de los que algunos serán panorámicos, con ventanas del suelo al techo. En la zona de tripulantes también se cambiará la lavandería, incluyendo las máquinas, para lo que ha sido necesario cortar literalmente un trozo de barco para que pudieran sacar las gigantescas lavadoras.

En el ir y venir de cientos de operarios dentro del barco, de repente se oye la voz del capitán: "Rogamos detengan su trabajo por una noticia importante: guardaremos un minuto de silencio en memoria de los dos trabajadores fallecidos en un taller cercano. Gracias". Y todos pararon.

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