Provincia de Cádiz

Detenido un costalero en Jerez por robar joyas a la Virgen de la Paz

  • Las alhajas, cedidas por una hermana, no se han recuperado al ser fundidas por la tienda que las compró

La Virgen de la Paz, en una salida procesional anterior al robo de las joyas.

La Virgen de la Paz, en una salida procesional anterior al robo de las joyas. / miguel ángel gonzález

En la Hermandad de la Cena de Jerez aún se preguntan cómo es posible que un hermano de la cofradía, de los que hace vida de hermandad y además es costalero, llegara a sustraer una cadena y una medalla de las manos de Santa María de la Paz, virgen titular de la cofradía. Los hechos, según pudo saber este medio, no acontecieron la pasada Semana Santa como se creyó en principio, sino el 27 de enero pasado, cuando la Hermandad echó en falta estas alhajas cuando se preparaba la imagen para el besamanos del día 28.

Todo hay que entenderlo en el contexto que vive la cofradía respecto de estas situaciones, ya que sufrió otro serio revés cuando unos ladrones asaltaron su casa de hermandad el 8 de febrero del año pasado, llevándose con ellos parte de la historia de la corporación penitencial que jamás ha vuelto a aparecer. La Policía Nacional resolvió dicho robo y los agentes de la Policía Judicial fueron homenajeados el pasado Lunes Santo.

Fueron precisamente agentes de la Policía Judicial quienes se hicieron cargo de estas nuevas investigaciones. La denuncia fue presentada por el vicemayordomo de la Hermandad de la Sagrada Cena, que también ejerce de vestidor de las imágenes de la cofradía. Éste testificó ante los agentes de la Policía cómo se había percatado de la desaparición de algunas piezas de joyería el día 27, las cuales habían sido colocadas por él mismo en las manos de la imagen.

Las numerosas gestiones realizadas a nivel de negocios de compra-venta de oro depararon la identificación de un joven de apenas 18 años, muy conocido en el seno de la cofradía, el cual fue puesto a disposición de la autoridad judicial, quedando en libertad con cargos al perpetrar la sustracción y no mediar violencia en la sustracción. Todo hace indicar que el joven aprovechó que su presencia en el templo parroquial de San Marcos era habitual y no levantaba ninguna sospecha para apoderarse de las joyas retirándolas de las manos de la propia imagen cuando tuvo ocasión.

En lo patrimonial, la tienda que se hizo cargo de las joyas procedió a su fundición. Además, no pertenecían a la Hermandad, sino que habían sido cedidas por una hermana de la cofradía.

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