El equipo de gobierno llevará a pleno el próximo jueves una propuesta sobre la regulación, en forma de ordenanza municipal, del alumbrado exterior para la protección del medio ambiente y mejora de la eficiencia energética de Puerto Real. Culmina así un intenso trabajo realizado por técnicos municipales y Epresa, que tiene por objeto mejorar la protección del medio ambiente y ahorrar energía mediante un uso eficiente y racional, así como la reducción de la contaminación lumínica sin menoscabo de la seguridad vial, de los peatones y las propiedades. Esta ordenanza ha sido tratada en el foro de medio ambiente, y pasará por el consejo de ciudad mañana lunes.

Esta normativa municipal regula no sólo el alumbrado público instalado por el Ayuntamiento u otras administraciones públicas en calles, plazas y carreteras, sino que también será de obligado cumplimiento para las instalaciones privadas que se ubiquen en el término municipal y cuya tipología esté recogida en las ordenanzas. Así, existen especificaciones obligatorias para fachadas de edificios, monumentos, vallas publicitarias, instalaciones deportivas y recreativas.

Para disminuir la contaminación lumínica se establecen una serie de requisitos técnicos que observan las recomendaciones internacionales al respecto. Para ello se realiza una repartición del término municipal en cuatro grandes áreas, según el grado de luminosidad adecuada: áreas con entornos oscuros (parques protegidos y áreas de notable belleza natural, donde las carreteras están sin iluminar), áreas de bajo brillo (generalmente fuera de las áreas residenciales, urbanas o industriales, donde las carreteras están iluminadas), áreas de brillo medio (residenciales urbanas, donde las carreteras están iluminadas según las normas para calzadas con mucho tráfico) y por último áreas de brillo alto (áreas urbanas que incluyen zonas residenciales y para usos comerciales con una elevada actividad durante la franja horaria nocturna.) Cada una de estas áreas tiene unos valores límite que deberán ser respetados, pues la ordenanza también recoge las sanciones previstas por incumplimientos de las normas. Las medidas establecidas no sólo afectarán a las futuras instalaciones, sino que el Ayuntamiento irá sustituyendo las actuales por las recomendadas en las ordenanzas municipales.

El ahorro en el gasto que va a obtenerse con los nuevos sistemas, así como las subvenciones que se han solicitado supondrán que la adaptación del alumbrado público a los requerimientos de las ordenanzas tenga un coste muy razonable si se tienen en cuenta los beneficios que van a obtenerse. El cambio de los actuales elementos de iluminación se irá realizando paulatinamente, y como primera medida se irán sustituyendo las actuales lámparas por las recomendadas en las ordenanzas, que deberán ser del tipo sodio alta presión o bien halogenuros metálicos.

El Ayuntamiento ya ha realizado una primera prueba en el Paseo Marítimo, logrando un resultado altamente satisfactorio.

Una de las características más llamativas y novedosas de este proyecto tiene que ver con el sistema empleado para el apagado y encendido del alumbrado, así como la gestión de las averías. Al contrario que como se ha hecho tradicionalmente, el alumbrado estará gestionado a distancia y por radiofrecuencia de manera informática.

Dentro de los sistemas ahorradores de energía existentes en el mercado, el Ayuntamiento optó desde el principio por uno que permitiera la regulación de la intensidad punto por punto de luz, en lugar de por tramos como actualmente. Esto permite un ahorro más eficiente, al poder tratar de manera individual la intensidad de cada punto de luz, además de estar abierto a cualquier necesidad asociada, como los alumbrados extraordinarios en fiestas. Así, en cada lámpara se instala un módulo de potencia, así como un emisor-receptor de radio, con señales a gran velocidad que son gestionadas por una central de control.