Un total de 162 nuevos sargentos recibieron ayer su primer empleo como militares de carrera tras culminar su periodo de formación de dos años en la Escuela de Suboficiales de la Armada, en San Fernando.

El acto, una cita habitual en La Isla llegado el ecuador del mes de julio y el término del curso académico militar, contó, sin embargo, en esta ocasión con una gran ausencia, que marcó la jornada: la de la familia real. Ni el Rey Don Juan Carlos ni el Príncipe de Asturias presidieron ayer la ceremonia de entrega de despachos a los nuevos sargentos de la Armada, un paréntesis en una tradición castrense que padre e hijo se alternaban cada año, si bien desde 2008 ha sido Don Felipe de Borbón el que se ha encargado de arropar estas nuevas promociones de suboficiales en su graduación académica.

La hasta ahora acostumbrada presencia de la familia real en este acto responde a una arraigada tradición militar -la entrega de Reales Despachos- que se repite en todos los centros docentes de las Fuerzas Armadas (recogida en la Ley 39/2007 de la Carrera Militar) según la cual, el primer empleo militar (como militares de carrera), una vez finalizada la formación correspondiente, es conferido por el Rey y refrendado por el ministro de Defensa.

Ayer, sin embargo, fue el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Sebastián Zaragoza Soto, el que asumió esta función toda vez que tampoco asistió la ministra de Defensa, Carme Chacón, cuya presencia también había llegado a barajarse durante los días previos a la ceremonia castrense.

Con todo, para los 162 nuevos sargentos que forman la 73ª promoción de suboficiales de la Armada y la 21ª del cuerpo de Músicas Militares fue un día glorioso en el que pusieron el punto final a un intenso y exigente periodo de formación que se ha llevado a cabo durante dos años y que supuso su ingreso definitivo en la escala de suboficiales del Cuerpo General de la Armada, del Cuerpo de Infantería de Marina y del Cuarpo de Músicas Militares. Esto es, el inicio -para la mayoría- de su carrera militar, si bien casi todos ellos acumulan ya con antelación un largo tiempo de servicio como militares de tropa y marinería (el tiempo medio, según datos de la Armada, es de 9,2 años). Al curso de acceso que se imparte en la Escuela de Suboficiales, de hecho, se accede mayoritariamente por promoción interna tras superar un concurso-oposición entre los solicitantes de la escala de marinería del Cuerpo General y la de tropa de Infantería de Marina (aunque también, en menor medida, por acceso directo).

De los 162 sargentos alumnos que ayer recibieron sus primeros despachos, 130 corresponden al Cuerpo General de la Armada y se reparten entre sus distintas especialidades: hay 22 en administración, 11 en alojamiento y restauración, seis en artillería y misiles, tres en armas submarinas, trece en tecnología de comunicaciones e información, 10 en electricidad, 10 en electrónica, 17 en maniobra y navegación, 26 en mecánica (es la especialidad más numerosa), tres en sonar y nueve en sistemas tácticos.

Por su parte, 28 de los nuevos suboficiales que ayer salieron de la Escuela corresponden al Cuerpo General de Infantería de Marina y cuatro al Cuerpo de Músicas Militares.

Especial mención tuvieron ayer los números uno de la promoción de cada uno de los cuerpos, que recibieron de manos del Ajema sus despachos y, además, como premio a su brillante expediente académico se les impusieron distintas recompensas militares. Se trata de Juan José Yáñez Urbano, sargento del Cuerpo General de la Armada; Francisco José Brañas de los Mozos, de Infantería de Marina; y Joaquín Antonio Grau Sáez, de Músicas Militares. Los dos primeros recibieron la cruz del mérito naval y el tercero una mención honorífica.

Por su parte, José Loaiza, en calidad de presidente de la Diputación Provincial de Cádiz, hizo entrega a los tres nuevos suboficiales, números uno de su promoción, de sus respectivos sables.

El resto de sargentos recibieron sus despachos de la mano de las distintas autoridades civiles y militares que acompañaron al almirante jefe del Estado Mayor de la Armada en el acto que se desarrolló en estas históricas instalaciones militares de la Población Naval de San Carlos.

Un 14,6 por ciento de esta nueva promoción de suboficiales de la Armada son mujeres, damas alumnas que ayer emprendieron también su trayectoria como militares de carrera. Concretamente, son 23 nuevas sargentos que se reparten entre las distintas especialidades. Curiosamente, la mayoría -seis de ellas- corresponden a administración. Cinco se integran en alojamiento y restauración. Y dos pertenecen a Infantería de Marina.

Según los datos estadísticos aportados por la Armada, la media de edad de los nuevos sargentos es de 30 años y oscila entre los 20 y los 34,5. Predominan en la 73ª promoción los alumnos andaluces (33,5 por ciento), seguidos de los gallegos (32,3 por ciento) y castellano-leoneses (5,1 por ciento). El 29,1 por ciento restante se reparte por el resto del territorio nacional. Y el 6,3 por ciento ha nacido fuera de España (en países como Suiza, Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Cuba).

La provincia de Cádiz es la que mayor número de alumnos ha aportado a esta promoción, con un total de 45 nuevos sargentos que ayer salieron de la escuela. Le sigue A Coruña, con 44. Y, con una aportación más reducida, Murcia, con siete suboficiales, y Madrid, con cinco.

Con respecto a los nuevos sargentos del Cuerpo de Músicas Militares todos son instrumentistas con las especialidades complementarias de oboe, trompetista, clarinete y saxofón. Todos son de promoción interna. Tres proceden de la escala de tropa del Cuerpo de Infantería de Marina y uno de la del Ejército de Tierra. Anteriormente, han tenido el empleo de soldado. Sus edades oscilan entre los 21 y los 26 años y tienen un tiempo medio de servicios de 4,4 años. Mayoritariamente, son andaluces: dos son de Jaén, uno de Almería y otro de Alicante.

El comandante director de la Escuela de Suboficiales, el capitán de navío Luis Sánchez García de Leonardo, aludió también al finalizar el acto a la puesta en marcha de un nuevo modelo de enseñanza en la formación de los futuros suboficiales de la Armada, que se pondrá en marcha a partir del próximo mes de septiembre siguiendo las directrices de la Ley de la Carrera Militar. En este sentido, citó las palabras que el Rey pronunció en la última Pascua Militar para afirmar "que el objetivo sigue siendo el mismo: formar excelentes militares que, además de obtener amplios conocimeintos, acrecienten sus valores y virtudes y consigan la capacidad de liderazgo necesaria para hacerse querer y respetar".

"Han recibido una esmerada educación en valores humanos, morales, sociales y una amplia formación técnica que ha hecho de ellos unos buenos ciudadanos y buenos militares", dijo de los nuevos sargentos.