Tribuna

Juan rivera

Ph. D. American Leadership Strategies

Fidel, hasta que se seque el malecón

Rosa María Payá, alumna mía, hija del asesinado opositor Oswaldo Payá sigue luchando para que el pueblo hable con su "cubadecide"; tal vez hagan una "primavera cubana"

Fidel, hasta que se seque el malecón Fidel, hasta que se seque el malecón

Fidel, hasta que se seque el malecón

Me coge la muerte de Fidel en La Habana Vieja, frente al malecón. Interesante. El carisma de Fidel surge de un proceso revolucionario, ofrece soluciones radicales a unos problemas y asume riesgos vitales para el su triunfo. El "fundador de la Revolución", como dijo Raúl. La revolución de Fidel ha generado trascendencia, un sentido a la vida del pueblo cubano e inspirado otras revoluciones.

Esa atracción carismática, ese proceso atributivo, le asignaba dotes muy especiales. Max Weber definía el poder carismático como "poder legitimizado sobre la base de las cualidades excepcionales y logros extraordinario del líder que inspirar lealtad y obediencia en sus seguidores". Así veía, al menos durante bastante tiempo, el pueblo cubano, y muchas otras comunidades, a Fidel, el líder salvador, el héroe, el mito, el Dios.

El problema es la "rutinización" del carisma, el pasar de un proceso revolucionario a uno de continuidad. Probablemente Castro y la revolución lo haya soslayado teniendo un gran enemigo, el imperialismo americano. Ello ha supuesto la justificación de la revolución, de las múltiples dificultades de la vida en Cuba; todo lo bueno viene de la revolución, todo lo malo del bloqueo y del imperialismo. Soluciones simples a problemas complejos. Como Trump.

A Henry Kissinger, el padre moderno de la "política real", hace muchos años le preguntaron cómo sería la transición cubana. Con su profundidad y al mismo simpleza americana dijo: "creo, me han dicho, que un día morirá Fidel". Y Fidel ha muerto.

A la hora oficial de la muerte, yo celebraba el Día de Acción de Gracias con un grupo de estudiantes estadounidenses en una casa de Vedado. La Habana está repleta de estudiantes y turistas americanos y europeos; los cruceros llegan al centro de La Habana Vieja. Los taxistas cargan por un viaje lo que un médico cobra al mes. Los precios de los hoteles son astronómicos. Se ha disparado la desigualdad social entre los que tiene algún contacto con el turismo y el resto. Los grandes logros fueron la Sanidad y la Educación; pero en la Universidad los estudiantes sólo se apuntan a turismo y traducción. Poderoso caballero es don dinero, Fidel.

Coincide, o han hecho coincidir, su muerte con el día que comenzó el viaje en el barco Granma hacia Cuba para iniciar la revolución; demasiadas coincidencias. En la televisión hablan de la "partida física" de Fidel. Bonita construcción épica. Pero Fidel ya ha muerto; es oficial.

Y qué va a pasar en Cuba ras la muerte de Fidel. Probablemente, nada. En 2015 se hizo una encuesta en Cuba sobre líderes políticos. Los cubanos daban un 44% de popularidad a Fidel, un 47% a Raúl y de un 80% a Obama. Tras la visita a Cuba la aceptación de Obama probablemente sea superior. Se decía que si Obama se presentase a unas elecciones en Cuba, las ganaría. El 55% de los cubanos y el 69% de los jóvenes entre 18 y 34 años quieren abandonar Cuba. El 35% de la economía nacional se financia a través de las remesas del extranjero, básicamente de los cubanos en los EEUU, en dólares. Muchas incongruencias, Fidel.

Ha muerto Fidel. Pero el castrismo sigue. Raúl sigue hasta el 2018, pero como Kissinger dijo de su hermano, probablemente Raúl también se muera algún día. Se ha discutido el papel que puedan desempeñar tras Raúl algunas figuras como Machado, Díez Espinel, y otros. El coronel de inteligencia militar Alejandro Castro, hijo de Raúl, puede que perpetúe la dinastía. Puede que dé igual, el Partido Comunista Cubano, y la oligarquía política y militar creada tras las guerras perdidas en África lo tengan todo atado y bien atado. O puede que la juventud con su atracción por el "imperialismo americano" consiga hacer cambios desde dentro. Rosa María Payá, alumna mía, hija del asesinado opositor Oswaldo Payá sigue luchando para que el pueblo hable con su "cubadecide"; tal vez hagan una "primavera cubana".

El sábado en la cena no había alcohol porque estaban de luto; no había música en la calle. Los GDR (Grupos de Defensa de la Revolución) controlaban cada manzana y persona. Esta semana siguen deteniendo a opositores y periodistas por ser hacer comentarios a un medio español. Las personas con enfermedades mentales siguen deambulando solas por el malecón; la anciana que me pidió jabón en La Habana Vieja sigue pidiendo, la jineteras siguen detrás de los turistas. En una casa en el Barrio Chino de La Habana vi el miércoles un cartel: Fidel, contigo hasta que se seque el malecón. Fidel, te has muerto y el malecón no se ha secado. La vida sigue.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios