El legado de Lorca llegará, por fin, a Andalucía

A nadie se le escapaba que el legado de Federico García Lorca debía estar en Granada, la tierra a la que tanto amó

Tras años de agrias polémicas, el Consejo Rector del Consorcio del Centro Lorca de Granada -en el que están representados el Gobierno central, la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento- ha llegado a un acuerdo con la Fundación Lorca que permitirá el traslado a Andalucía del enorme legado documental del poeta que, actualmente, se custodia en la Residencia de Estudiantes de Madrid. No hay que ser ningún erudito literario para comprender la importancia de la llegada de este inmenso fondo de documentos -más de 5.000 entre cartas, manuscritos, dibujos, etcétera- de quien fue una de las figuras más importantes de la renovación de la tradición poética occidental en la primera mitad del siglo XX. Porque Lorca, además de ser un gran escritor español y miembro destacado de la generación de plata de la literatura española -como se le ha bautizado al 27-, es un poeta y dramaturgo que sigue siendo muy conocido en todo el mundo por su sorprendente capacidad de hablar de los grandes problemas universales con un lenguaje en el que conjugaba lo mejor de la tradición popular española y andaluza con las nuevas corrientes vanguardistas que estaban cuajando en la Europa y la América de su momento. Hoy, dramas como La casa de Bernarda Alba o Yerma pertenecen al acervo cultural no sólo de Occidente, sino de toda la humanidad.

A nadie se le escapaba que el legado de Lorca debía estar en Granada, la tierra a la que tanto amó y en la que fue asesinado aquel trágico y sangriento verano de 1936. Pero una compleja serie de contratiempos y polémicas ha retrasado durante muchos años este esperado momento. El acuerdo alcanzado ayer pone fin a los enfrentamientos, esperemos que ya definitivamente. Tanto el Centro como la Fundación Lorca han decidido que, en principio, los fondos regresen durante tres años en régimen de usufructo, justo el tiempo que las partes se dan para negociar tranquila y positivamente la definitiva cobertura legal que tendrá el depósito de los documentos en Granada. Sólo queda desear que estas conversaciones fructifiquen satisfactoriamente cuanto antes.

El acuerdo es sumamente positivo para Andalucía y, sobre todo, para la ciudad de Granada, ya que la convierte en el centro inexcusable de cualquier investigación sobre el autor que mejor ha retratado el alma andaluza. Cualquier intento de mirar hacia atrás y de seguir discutiendo sobre polémicas pasadas es, además de absurdo, contraproducente para los intereses colectivos de los andaluces. El legado de Lorca llega, por fin, a Andalucía, de donde ya no debe volver a salir.

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