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Viaje institucional con lectura política

La presidenta ha vuelto a fijar la atención de la UE en la conexión ferroviaria del Puerto de Algeciras con Bobadilla, vital para nuestro futuro

El reciente viaje de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a Bruselas para entrevistarse con diversas autoridades de la Unión Europea entra dentro de la más absoluta normalidad. No hay nada de extraño en que Andalucía, siempre dentro de la lealtad a los intereses comunes y a la política exterior española, refuerce su presencia en un lugar donde se toman muchas de las decisiones que afectan a sus ciudadanos. Más en estos momentos en los que hemos visto peligrar los fondos estructurales europeos, tan importantes para nuestra región, o el populismo pone en peligro la misma existencia de la Unión Europea, a la que tanto debemos los andaluces.

Sin caer en ningún tipo de triunfalismo absurdo ni en protagonismos extravagantes, podemos decir que el viaje de Susana Díaz ha sido oportuno y necesario. La presidenta andaluza se ha entrevistado con los comisarios europeos de Economía, Política Territorial y la alta responsable para los Asuntos Exteriores, tres cargos que pueden hacer mucho por mejorar la situación de nuestra región. Aunque con el tiempo veremos si se concreta el compromiso verbal de una mayor inversión de la UE en Andalucía que ha vendido Díaz, sí se puede decir ya que el viaje ha servido para llamar la atención una vez más sobre una infraestructura básica para el futuro de la comunidad andaluza: la conexión ferroviaria del Puerto de Algeciras -el más importante de España- con Bobadilla, con lo cual se conectaría esta infraestructura con los corredores ferroviarios Atlántico y Mediterráneo, con lo que multiplicaría su capacidad de negocio. Las autoridades europeas han expresado su interés en este proyecto no especialmente costoso -unos 1.300 millones de euros- al que el Gobierno español lleva años ninguneando en favor de otros puertos como los de Barcelona o Valencia.

Otro objetivo menos institucional del viaje de Susana Díaz tenía que ver con sus aspiraciones a salir elegida como secretaria general del PSOE en el próximo congreso federal de la formación. Con su viaje, la líder de los socialistas andaluces ha intentando proyectar dentro de España una imagen de mujer de Estado con contactos internacionales y posibilidades para ser presidenta del Gobierno, así como de darse a conocer entre la socialdemocracia europea, que ya la empieza a ver como probable ocupante del despacho principal de Ferraz.

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