Incluso sin Puigdemont, la salida es difícil

Los partidos constitucionalistas deben volver a tomar la iniciativa en el Parlamento de Cataluña

El bloque independentista del Parlamento catalán se ha roto, Carles Puigdemont se ha convertido en el obstáculo para quienes desde ERC e, incluso, desde el PDeCAT aspiran a una legislatura que transite por la vía legal, aunque mantengan su reclamación soberanista. La negativa del presidente de la Cámara, Roger Torrent, a celebrar la investidura ilegal, así como los llamamientos de distintos dirigentes de ERC, como Joan Tardá y Marta Rovira, a buscar una fórmula que no implique consecuencias judiciales para la Mesa indican que los republicanos quieren romper con Puigdemont. Pero incluso en el caso de que el ex presidente, fugado en Bélgica, sea apartado, la solución para encontrar un Gobierno en la Generalitat es muy remota. Ayer se supo que los parlamentarios de la CUP, cuyos votos son imprescindibles para elegir a otro candidato del PDeCAT, obligan a que el nuevo presidente siga aplicando la agenda independentista, los anticapitalistas no aceptan la vía de la legalidad. Ante esto, los soberanistas tendrán que buscar nuevos apoyos, es posible que en Podemos, que intenta forjar una alianza con ERC y el PSC. En estos momentos, están todas las vías abiertas en Cataluña, incluso la de la repetición electoral, aunque a priori no beneficie a ninguno de los partidos. Ante ello, estimamos que el Gobierno de España no puede relajarse ni esperar soluciones intermedias de la mano de ERC. Ya cometió ese error antes y después del referéndum del 1 de octubre. Fueron los republicanos quienes impidieron las elecciones anticipadas que quiso Puigdemont a finales de octubre. Más bien, el Ejecutivo, el PSOE y Ciudadanos deben prepararse para un periodo prolongado de aplicación del artículo 155, porque es en estos momentos cuando no se debe ceder ante los separatistas. El juez Pablo Llarena sostenía en un auto de ayer que una parte del separatismo sigue intentando la independencia de Cataluña en estos momentos, y no le falta razón. Ante estas perspectivas, creemos que es necesario que se replanteen todas las fórmulas en el Parlamento y que no se debe descartar, incluso, una propuesta de investidura de Inés Arrimadas. Por dos motivos: porque no es imposible y porque la Cámara catalana necesita de protagonistas reales que quiten el foco de Bélgica y aparten a los fugados de ese papel de imprescindibilidad que se les ha otorgado. Es necesario que los partidos constitucionalistas también asuman, más allá de las palabras, los resultados de las elecciones de diciembre, hay que volver a recuperar la iniciativa.

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