España, en el núcleo duro de la Unión Europea

Hay que profundizar en el proyecto de la UE, si no es todos juntos, con dos velocidades donde España esté en el núcleo duro

La Unión Europea se enfrenta a una seria amenaza en los próximos años: su autodisolución, aunque ésta se envuelva en otros nombres eufemísticos. La salida del Reino Unido más la incertidumbre que se abre con las elecciones en Francia y Holanda, donde los populismos se están haciendo fuertes con un discurso contra la inmigración y en contra de la Unión, indican que el proyecto comienza a ser cuestionado desde dentro, aunque son bastantes los enemigos exteriores que siempre ha tenido la Unión Europea. A Estados Unidos nunca le vino bien la existencia de un euro fuerte, aunque sus administraciones lo aceptaban con cierta deportividad, pero Donald Trump es un declarado enemigo de todo lo que significa una Europa fuerte, de ahí su apoyo a los partidos populistas del Brexit y al reposicionamiento mundial de Rusia. El viejo imperio de los zares aplaude el desinterés del nuevo presidente por la OTAN porque ve en él un aliado para recuperar, al menos como zona de influencia, parte de lo que fueron los países satélites de la URSS. Ante ello, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha presentado un libro blanco con cinco opciones de futuro. Cabe decir que el amplio abanico de posibilidades ya es una muestra de debilidad, no se parte de una postura consolidada, impulsada por los líderes con la intención de convencer, no, se va a la cumbre de Roma, del próximo 25 de marzo, con un orden del día un tanto caótico. De modo muy resumido, las propuestas son: seguir como hasta ahora; jibarizar la Unión hacia una organización que sólo garantice un mercado interior (la postura del Reino Unido); avanzar en la cooperación de quienes estén comprometidos en un modelo de dos velocidades; reducir la Administración a pocas competencias, y un salto federalista. Nuestra apuesta es por profundizar en la cooperación dentro de la Unión, que sería la principal encargada de la defensa civil y militar de los estados miembros, así como de la tutorización económica y garante de la disciplina monetaria por medio del Banco Central Europeo. Se entiende que el momento para avanzar en la federalización puede acarrear movimientos negativos que hay que conjurar ahora, pero es necesario seguir dando pasos. Si no todos juntos, sí mediante un sistema de dos velocidades en el que España tendría que sumarse al núcleo duro. En la balanza de ganancias y pérdidas, el proyecto de la Unión siempre será positivo para nuestro país, y no sólo en lo económico, sino en lo político.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios